Si algo me emociona de Emilio
Lledó es su capacidad para seguir haciéndose preguntas y para seguir
manifestando sorpresa ante las cosas del mundo. Las palabras, las expresiones,
son para él una incógnita permanente. Le gusta profundizar en los sentidos
de las palabras, extraer esos sentidos del fondo de la tierra y sacarlos a la
luz como frutos nuevos, porque de tanto usarlas las palabras se adormecen,
pierden su brillo original, no vibran. Y hay que tocar sus cuerdas, sus
sonidos, para hacerlas renacer. Emilio Lledó lo hace constantemente. Le gusta
jugar con el lenguaje, inventar términos que le conduzcan a los senderos cristalinos
de la comprensión, esos que no están pisoteados, que parecen esperar a que
nuestras huellas se fijen en ellos por primera vez, cuando se abre la mañana y
aún no hay sombras ni peligros al acecho. ¿Qué quiere decir esto? Es el
interrogante que abre una y otra vez el filósofo. A partir de ahí empieza a
caminar, parándose a contemplar los latidos de todo lo que es nombrado, la
fisonomía de los árboles, las hojas que caen y que le resultan tan evocadoras,
la gente que camina a su paso, las letras que llenan los espacios, los huecos
de la existencia.
http://lecturassumergidas.com/2014/06/27/emilio-lledo-la-raiz-del-mal-esta-en-la-ignorancia-el-egoismo-la-codicia_/
Lectura compartida de libros
http://www.cuentoscarmen.com/ambiente-lector-en-casa/
Leer diariamente con los niños. Los estudios sostienen que la cantidad de tiempo empleado en esta actividad se relaciona con la habilidad lectora del niño y el desarrollo de su lenguaje. Compartir lecturas con los niños incrementa su vocabulario. Es recomendable enseñarles y preguntarles por el vocabulario contenido en las historias. Se ha observado que los padres comienzan a utilizar un lenguaje más complejo y a hacer preguntas más demandantes conforme los niños van creciendo. Tener la palabra asimilada oralmente les permite a los niños relacionar esa palabra con la que van a leer posteriormente.Aquí se especifican unas pautas encontradas en estudios que han sido exitosas en el desarrollo del vocabulario de los niños:
- Se leían las historias varias veces.
- Se producían en numerosos casos múltiples apariciones de la palabra nueva.
- La palabra nueva estaba acompañada por ilustraciones o el lector (papá, mamá, cuidador, etc.) la señalaba explícitamente.
- Estas palabras eran importantes en el texto.
- Su significado era claro por el contexto, la ilustración o la explicación del lector.
- Mayoritariamente eran sustantivos.
- Se pedía a los niños que repitieran las palabras nuevas, volvieran a contar la historia o se implicaran en actividades relacionadas con el significado de esas palabras.
- Al principio, los niños son escuchantes en las lecturas compartidas en casa. Cuando son mayores y ya tienen alguna habilidad lectora, los padres tienen que potenciar ese rol lector del niño y ayudarles a decodificar las palabras.
- Importarte, muy importante, escuchar al niño leer y ayudarle así a corregir errores.
- No prolongar excesivamente (final de preescolar y primer curso) las pistas contextuales o con dibujos para ayudarles a leer. Eso afecta negativamente a la identificación de palabras en primer y segundo curso.
- Animarles a escribir; eso favorece el desarrollo de la lectura.