BIBLIOTECA CEIP ALFAGUARILLA ALFACAR

viernes, 21 de enero de 2011

¡Embóscate!

Como estamos en el año internacional de los bosques acaso no resulte del todo inoportuno estas formas de recordar que, entre otras muchas cosas…

Somos como somos porque una vez fuimos bosque.

Los bosques del mundo ocupan en estos momentos aproximadamente el 30% de la superficie del planeta. Unos 40 millones de kilómetros cuadrados, es decir, unas 80 veces la superficie de España. Hace mil años eran dos veces más grandes. Hace cien años todavía suponían la mitad de los continentes.

Los árboles siempre nos están esperando con los brazos abiertos.

El mejor ejemplo de cooperación, de simbiosis para desde la diferencia obtener beneficios mutuos se da en las raíces de los árboles cuando se asocian a los hongos.

Nada levanta tanto como las hojas cayendo.

La vida es posible por los árboles. Por infinitos motivos pero recordemos que un ejemplar maduro puede “sudar”, es decir transpirar 400 litros en un día caluroso. Refrigeran, por tanto la atmósfera.

Lúcido el árbol, / casa y huésped al mismo /Tiempo: ¡ganado!

No menos del 60% de las especies de los cinco reinos viven permanentemente emboscadas.

El bosque sopla / dentro de tus pulmones / su alma verde.

Un gran árbol de hoja ancha puede generar todos los años el oxígeno que precisan diez personas: unos tres millones de litros.

Plantar árboles es, seguramente, el acto más coherente que puede realizarse.

Los bosques del mundo mantienen controladas una 300 gigatoneladas de carbono. Son, por tanto, el mejor antídoto frente al calentamiento global. Aún así todos los años perdemos 13 millones de ha de bosque, el equivalente a todos los árboles de España.

GRACIAS Y QUE LA VIDA OS ATALANTE y EMBÓSCATE.



http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/tierra/2011/01/20/emboscate.html


POQUITA COSA Anton Chejov

Hace unos días invité a Yulia Vasilievna, la institutriz de mis hijos, a que pasara a mi despacho. Teníamos que ajustar cuentas.
Siéntese, Yulia Vasilievna -le dije-. Arreglemos nuestras cuentas. A usted seguramente le hará falta dinero, pero es usted tan ceremoniosa que no lo pedirá por sí misma... Veamos... Nos habíamos puesto de acuerdo en treinta rublos por mes...
En cuarenta...
No. En treinta... Lo tengo apuntado. Siempre le he pagado a las institutrices treinta rublos... Veamos... Ha estado usted con nosotros dos meses...
Dos meses y cinco días...
Dos meses redondos. Lo tengo apuntado. Le corresponden por lo tanto sesenta rublos... Pero hay que descontarle nueve domingos... pues los domingos usted no le ha dado clase a Kolia, sólo ha paseado... más tres días de fiesta...
A Yulia Vasilievna se le encendió el rostro y se puso a tironear el volante de su vestido, pero... ¡ni palabra!
Tres días de fiesta... Por consiguiente descontamos doce rublos... Durante cuatro días Kolia estuvo enfermo y no tuvo clases... usted se las dio sólo a Varia... Hubo tres días que usted anduvo con dolor de muela y mi esposa le permitió descansar después de la comida... Doce y siete suman diecinueve. Al descontarlos queda un saldo de... hum... de cuarenta y un rublos... ¿no es cierto?
El ojo izquierdo de Yulia Vasilievna enrojeció y lo vi empañado de humedad. Su mentón se estremeció. Rompió a toser nerviosamente, se sonó la nariz, pero... ¡ni palabra!
En víspera de Año Nuevo usted rompió una taza de té con platito. Descontamos dos rublos... Claro que la taza vale más... es una reliquia de la familia... pero ¡que Dios la perdone! ¡Hemos perdido tanto ya! Además, debido a su falta de atención, Kolia se subió a un árbol y se desgarró la chaquetita... Le descontamos diez... También por su descuido, la camarera le robó a Varia los botines... Usted es quien debe vigilarlo todo. Usted recibe sueldo... Así que le descontamos cinco más... El diez de enero usted tomó prestados diez rublos.
No los tomé musitó Yulia Vasilievna.
¡Pero si lo tengo apuntado!
Bueno, sea así, está bien.
A cuarenta y uno le restamos veintisiete, nos queda un saldo de catorce...
Sus dos ojos se le llenaron de lágrimas...
Sobre la naricita larga, bonita, aparecieron gotas de sudor. ¡Pobre muchacha!
Sólo una vez tomé -dijo con voz trémula-... le pedí prestados a su esposa tres rublos... Nunca más lo hice...
¿Qué me dice? ¡Y yo que no los tenía apuntados! A catorce le restamos tres y nos queda un saldo de once... ¡He aquí su dinero, muchacha! Tres... tres... uno y uno... ¡sírvase!
Y le tendí once rublos... Ella los cogió con dedos temblorosos y se los metió en el bolsillo.
Merci -murmuró.
Yo pegué un salto y me eché a caminar por el cuarto. No podía contener mi indignación.
¿Por qué me da las gracias? -le pregunté.
Por el dinero.
¡Pero si la he desplumado! ¡Demonios! ¡La he asaltado! ¡La he robado! ¿Por qué merci?
En otros sitios ni siquiera me daban...
¿No le daban? ¡Pues no es extraño! Yo he bromeado con usted... le he dado una cruel lección... ¡Le daré sus ochenta rublos enteritos! ¡Ahí están preparados en un sobre para usted! ¿Pero es que se puede ser tan tímida? ¿Por qué no protesta usted? ¿Por qué calla? ¿Es que se puede vivir en este mundo sin mostrar los dientes? ¿Es que se puede ser tan poquita cosa?
Ella sonrió débilmente y en su rostro leí: "¡Se puede!"
Le pedí disculpas por la cruel lección y le entregué, para su gran asombro, los ochenta rublos. Tímidamente balbuceó su merci y salió... La seguí con la mirada y pensé: ¡Qué fácil es en este mundo ser fuerte!
FIN

POQUITA COSA Anton Chejov

Hace unos días invité a Yulia Vasilievna, la institutriz de mis hijos, a que pasara a mi despacho. Teníamos que ajustar cuentas.
Siéntese, Yulia Vasilievna -le dije-. Arreglemos nuestras cuentas. A usted seguramente le hará falta dinero, pero es usted tan ceremoniosa que no lo pedirá por sí misma... Veamos... Nos habíamos puesto de acuerdo en treinta rublos por mes...
En cuarenta...
No. En treinta... Lo tengo apuntado. Siempre le he pagado a las institutrices treinta rublos... Veamos... Ha estado usted con nosotros dos meses...
Dos meses y cinco días...
Dos meses redondos. Lo tengo apuntado. Le corresponden por lo tanto sesenta rublos... Pero hay que descontarle nueve domingos... pues los domingos usted no le ha dado clase a Kolia, sólo ha paseado... más tres días de fiesta...
A Yulia Vasilievna se le encendió el rostro y se puso a tironear el volante de su vestido, pero... ¡ni palabra!
Tres días de fiesta... Por consiguiente descontamos doce rublos... Durante cuatro días Kolia estuvo enfermo y no tuvo clases... usted se las dio sólo a Varia... Hubo tres días que usted anduvo con dolor de muela y mi esposa le permitió descansar después de la comida... Doce y siete suman diecinueve. Al descontarlos queda un saldo de... hum... de cuarenta y un rublos... ¿no es cierto?
El ojo izquierdo de Yulia Vasilievna enrojeció y lo vi empañado de humedad. Su mentón se estremeció. Rompió a toser nerviosamente, se sonó la nariz, pero... ¡ni palabra!
En víspera de Año Nuevo usted rompió una taza de té con platito. Descontamos dos rublos... Claro que la taza vale más... es una reliquia de la familia... pero ¡que Dios la perdone! ¡Hemos perdido tanto ya! Además, debido a su falta de atención, Kolia se subió a un árbol y se desgarró la chaquetita... Le descontamos diez... También por su descuido, la camarera le robó a Varia los botines... Usted es quien debe vigilarlo todo. Usted recibe sueldo... Así que le descontamos cinco más... El diez de enero usted tomó prestados diez rublos.
No los tomé musitó Yulia Vasilievna.
¡Pero si lo tengo apuntado!
Bueno, sea así, está bien.
A cuarenta y uno le restamos veintisiete, nos queda un saldo de catorce...
Sus dos ojos se le llenaron de lágrimas...
Sobre la naricita larga, bonita, aparecieron gotas de sudor. ¡Pobre muchacha!
Sólo una vez tomé -dijo con voz trémula-... le pedí prestados a su esposa tres rublos... Nunca más lo hice...
¿Qué me dice? ¡Y yo que no los tenía apuntados! A catorce le restamos tres y nos queda un saldo de once... ¡He aquí su dinero, muchacha! Tres... tres... uno y uno... ¡sírvase!
Y le tendí once rublos... Ella los cogió con dedos temblorosos y se los metió en el bolsillo.
Merci -murmuró.
Yo pegué un salto y me eché a caminar por el cuarto. No podía contener mi indignación.
¿Por qué me da las gracias? -le pregunté.
Por el dinero.
¡Pero si la he desplumado! ¡Demonios! ¡La he asaltado! ¡La he robado! ¿Por qué merci?
En otros sitios ni siquiera me daban...
¿No le daban? ¡Pues no es extraño! Yo he bromeado con usted... le he dado una cruel lección... ¡Le daré sus ochenta rublos enteritos! ¡Ahí están preparados en un sobre para usted! ¿Pero es que se puede ser tan tímida? ¿Por qué no protesta usted? ¿Por qué calla? ¿Es que se puede vivir en este mundo sin mostrar los dientes? ¿Es que se puede ser tan poquita cosa?
Ella sonrió débilmente y en su rostro leí: "¡Se puede!"
Le pedí disculpas por la cruel lección y le entregué, para su gran asombro, los ochenta rublos. Tímidamente balbuceó su merci y salió... La seguí con la mirada y pensé: ¡Qué fácil es en este mundo ser fuerte!
FIN

El rastro postal de Federico García Lorca

Una exposición y un libro reúnen las postales que Lorca cruzó con familiares, Buñuel o Dalí
21.01.11 - 01:34 -
MIGUEL LORENCI | MADRID.
http://www.ideal.es/granada/v/20110121/cultura/rastro-postal-federico-garcia-20110121.html

Antes de que el correo electrónico y los SMS hicieran de la comunicación algo instantáneo, hubo un tiempo en que el telegrama era la única vía de contacto urgente. Por vía telegráfica llegaban las peores noticias. Las más dulces y agradables tenían en el correo convencional en general y en las postales en particular su canal idóneo. En la primera mitad del siglo XX, cuando el teléfono era aún algo reservado a potentados y dirigentes y la tele un sueño, las postales triunfaron en todas las clases sociales y latitudes. Pocos viajeros se libraban del impulso de comprar una foto impresa para dar cuenta a los suyos de cómo iban las cosas, de qué sensaciones le provocaban los paisajes o lugares que visitaban.
Uno de ellos fue el sensible Federico García Lorca, el poeta español más universal del siglo XX, que en su corta e intensa vida fue dejando un rastro postal cruzando con familiares y amigos postales datadas en un sinfín de lugares, de Nueva York a París pasando por Cadaqués, Madrid, Granada, Sevilla o Pamplona. Unas postales que ahora se reúnen en un libro y en una muestra singular bajo el título de 'Geografía Postal' sugerido por un escrito del poeta. Un entusiasmado Federico que da cuenta a su familia de la marcha de su gira con 'La Barraca', esa aventura escénica popular que llevó el teatro a todos los rincones de España antes del estallido del la guerra. Desde Jaca, Lorca promete más noticias a su familia en cartas sucesivas. «Seguís recibiendo cartas de sitios raros. Este año ha sido pródigo en geografía postal. Abrazos y besos a todos de vuestro Federico», escribe en una de la postales que pueden verse en el Espacio para el Arte y la Cultura Caja Madrid en Aranjuez (Madrid) hasta el próximo 13 de marzo. Una muestra que viajará luego a Zaragoza (del 29 de marzo al 22 de mayo) y Ciudad Real (del 31 de mayo al 25 de junio).
Recoge lo mejor de la extensa colección de postales privadas cruzadas por el poeta con familiares y amigos y archivadas con mimo durante años por las familias García Lorca y De los Ríos. La muestra incluye la correspondencia de Lorca con sus amigos más cercanos en su etapa en la Residencia de Estudiantes, Luis Buñuel y Salvador Dalí. Unas misivas que evidencian la especial relación que el poeta y dramaturgo granadino mantuvo con ellos antes de que fueran reconocidos como geniales creadores. «Federico. Te espero cada día. Tenemos que no hablar tanto juntos! Adiós Dalí», le escribe Salvador Dalí desde Cadaqués.
Intimidad familiar
Se exponen también postales dirigidas a García Lorca y al resto de su familia, incluidas las escritas y recibidas por Fernando de los Ríos, su mujer Gloria Giner de los Ríos y su hija Laura de los Ríos, esposa de Francisco García Lorca, hermano del poeta. Este valioso material había permanecido en el ámbito de la intimidad familiar. Su salida a la luz pública permite un acercamiento íntimo y revelador a la obra y vida del poeta y de la familia De los Ríos. También se exponen otras cartas redactadas o recibidas durante las décadas de los 50, 60 y 70 por los familiares y allegados de Lorca, desde los Estados Unidos, París, América Latina y otros lugares visitados antes por el poeta asesinado en Alfacar en agosto de 1936.
La colección es un recorrido por la historia del siglo XX y «una reivindicación de la postal como pequeña obra de arte» según José Guirao, gestor de los centros culturales y director de La Casa Encendida de Obra Social Caja Madrid. Reúne unos materiales que, según los organizadores de la muestra, «no solo sirven como reconocimiento a la memoria del poeta, sino que ofrecen al público una visión de importantes acontecimientos culturales e históricos del siglo pasado, al tiempo que se reflejan las vivencias de García Lorca y las impresiones que le causaban muchos de los lugares que visitó».
Gracias a la colaboración de la Fundación García Lorca, que preside Laura, sobrina del poeta, y Obra Social Caja Madrid se ha editado un libro con la totalidad de los textos explicativos de la muestras y todas las postales -un millar- de la exposición, seleccionadas por el fotógrafo Martin Parr, gran experto y amante de las postales a quien se permitió bucear los archivos privados de las familias García Lorca y De los Ríos. Martin Parr (Epsom, Reino Unido, 1952) es miembro en la exclusiva nómina de la agencia Magnum, coleccionista y experto en postales como atestiguan los numerosos libros que ha publicado sobre el particular.
Apartados
'Geografía Postal', editado por This Side Up, se organiza en cinco apartados: 'Archivo del inconsciente', un texto del escritor Enrique Vila-Matas que analiza la importancia de las postales como «fichero mental» y sus recuerdos en lo que el autor denomina el 'archivo de la huella'; 'La iconografía más democrática', donde Martin Parr explica las claves de una colección que para él «recogen imágenes que definen el siglo XX, no como grandes obras de arte, sino con la iconografía más democrática de todas, la modesta postal»; 'Las postales, imágenes de las originales tarjetas enviadas entre Lorca y sus familiares y amigos', en las que se muestra desde un avión de la TWA hasta una postal de Sigüenza o un rascacielos de Nueva York.
El libro incluye una cronología y un índice onomástico en la que se indican los destinatarios y se transcriben algunos textos destacados con los que el gran poeta granadino se comunicaba con sus seres más cercanos.

Una muestra y una publicación reúnen las postales que Lorca envió a sus familiares y amigos

http://www.ideal.es/granada/v/20110121/cultura/rastro-postal-federico-garcia-20110121.html
18.01.11 - 01:12 -
E. P. | MADRID.


El Espacio para el Arte y la Cultura Caja Madrid en Aranjuez (Madrid) abre hoy al público la muestra 'Geografía postal. Las postales de las familias García Lorca y de los Ríos', que recoge la colección de postales privadas archivadas durante años por estas dos familias y que incluye correspondencia con artistas amigos del escritor como Luis Buñuel o Salvador Dalí.
El proyecto, llevado a cabo entre Obra Social Caja Madrid y la Fundación García Lorca, se acompaña de un libro con la selección de las postales realizada por el fotógrafo Martin Parr, miembro de la agencia Magnum, quien acompañado por Laura García Lorca, sobrina del poeta, presentó ayer la muestra.
Se trata de una exposición itinerante que podrá verse en el citado espacio hasta el próximo 13 de marzo y posteriormente visitará los centros culturales de la entidad en Zaragoza y Ciudad Real.
En el ámbito íntimo
En esta colección de postales destacan las enviadas tanto por Lorca a su familia y amigos, como otras dirigidas a él y al resto de la familia, incluyendo de forma destacada las postales escritas y recibidas por Fernando de los Ríos, su mujer Gloria Giner de los Ríos y su hija Laura de los Ríos, mujer de Francisco García Lorca, hermano del poeta y padre de Laura.
Documentos que hasta el momento habían permanecido en el ámbito de la intimidad familiar y que se muestran ahora al público ofreciendo un acercamiento íntimo y revelador a la obra y vida del poeta y de la familia De los Ríos, de dónde provienen los contenidos del archivo de la Fundación Federico García Lorca. El libro homónimo reúne la totalidad de las postales de la exposición procedentes de los archivos privados de las familias García Lorca y De los Ríos, así como textos explicativos de las mismas.
La historia del siglo XX
A través de esta colección, se realiza un recorrido por la historia del siglo XX reivindicando además la postal como pequeña obra de arte. No sólo sirven como reconocimiento a la memoria del poeta sino que ofrecen al público una visión de importantes acontecimientos culturales e históricos del siglo pasado, al tiempo que se reflejan las vivencias de García Lorca y las impresiones que le causaban muchos de los lugares que visitó.
En las postales recibidas por Dalí o Buñuel se plasma la especial relación que el escritor granadino mantenía con otros creadores de su época. También se pueden ver otras cartas redactadas o recibidas durante las décadas de los 50, 60 y 70 de los familiares y allegados de Lorca, desde los Estados Unidos, París, América Latina y otros lugares visitados por el poeta.

miércoles, 19 de enero de 2011

"Un abrazo de vuestro hijo, Federico"


http://www.mdzol.com/mdz/nota/266764-las-tarjetas-postales-de-federico-garcia-lorca/
Las tarjetas postales cruzadas entre García Lorca, su familia y sus amigos completan el retrato del poeta - Una exposición y un libro sacan a la luz un millar de piezas

ÁNGELES GARCÍA - Madrid - 17/01/2011

"Federico. Te espero cada día. Tenemos que no hablar tanto juntos! Adiós, Dalí". El destinatario del breve y críptico mensaje es Federico García Lorca. El firmante, Salvador Dalí. El texto va escrito en el reverso de una tarjeta en la que se ve un atardecer en las playas de Cadaqués con la iglesia al fondo.

"Federico. Te espero cada día. Tenemos que no hablar tanto juntos! Adiós, Dalí". El destinatario del breve y críptico mensaje es Federico García Lorca. El firmante, Salvador Dalí. El texto va escrito en el reverso de una tarjeta en la que se ve un atardecer en las playas de Cadaqués con la iglesia al fondo. La postal está fechada en abril de 1927.

Sobre una imagen sepia de Pamplona, a finales de agosto de 1933, Federico escribe a su familia: "Queridísimos todos: desde Pamplona, os mando un abrazo. Aquí estamos teniendo un gran éxito. Hoy nos vamos a Jaca, donde estaremos dos días y, después, iremos a Huesca. Ya recibiréis cartas. Paquito, veo que estás haciendo un viaje estupendo. Seguís recibiendo postales de sitios raros. Este año ha sido pródigo en geografía postal. Abrazos y besos a todos de vuestro Federico". Más escueto se muestra Gerardo Diego, quien detrás de una imagen de Gijón dedica a Federico una sola palabra: "¡¡¡Sinvergüenza!!!".

Ahora ya casi nadie envía postales. El correo electrónico y los mensajes de móviles han acabado con ellas. Pero a comienzos del siglo pasado las postales eran la mejor forma de mandar un mensaje corto a conocidos, amigos o familiares.

Federico García Lorca, como la mayor parte de sus contemporáneos, no pudo sustraerse a la fascinación de comprar una postal de los lugares por los que pasaba. En un tiempo en el que aún no existía la televisión y los periódicos solo reproducían ilustraciones, era muy difícil no dejarse llevar por la tentación de compartir con los demás los descubrimientos hechos en pequeños o grandes viajes. El espacio en blanco de la parte posterior permitía dar noticias escuetas o hacer breves comentarios de los más sorprendentes asuntos. Depende del destinatario y grado de confianza.

Un millar de imágenes, escogidas por el fotógrafo Martin Parr entre el ingente material que custodian las fundaciones García Lorca y De los Ríos, se muestra en la exposición Geografía postal, que hoy se abre en Aranjuez, en la sede de la Obra Social de Caja Madrid y que después itinerará por otras ciudades españolas. Son postales escritas, enviadas y recibidas, dibujadas y coleccionadas entre los años 1910 y 1960; unas décadas en las que estas dos familias no dejan pasar casi ni un día sin ponerse una postal. Es un material recogido también en forma de libro (publicado por This Side Up Editorial) que da cuenta de una colección con testimonios inestimables de la obra de Federico, sus amistades, la guerra, el exilio, los viajes y las relaciones fraternales de dos familias que son todo un símbolo para España.

Martin Parr, fotógrafo de la agencia Magnum y gran coleccionista, recuerda que la postal fue uno de los grandes inventos de la comunicación de comienzos del siglo XX. "Elegir una imagen para enviársela a un amigo o a un pariente con un breve texto al dorso, parecía un acto inocente", escribe. "Sin embargo, ambas cosas, la elección y nuestras palabras, acaban por definirnos".

El escritor Enrique Vila-Matas confiesa en el libro que las tarjetas postales son una de sus debilidades. Coleccionista entregado, considera que son un "fichero mental" del que emergen arquetipos o fantasmas milenarios y que puede ser considerado un museo de la huella humana.

En el caso de Federico García Lorca y su entorno, la huella da cuenta de sus relaciones, vivencias y descubrimientos. Escoger entre tanto material es difícil. Martin Parr reconoce que esta maravillosa colección de postales ha sido una tarea complicada y "estimulante". Además de las divertidas tarjetas que se intercambian Lorca, Salvador y Ana María Dalí en un tono descarado y provocador, hay muchas tarjetas que dan cuenta de las preocupaciones domésticas de la familia. Para el comisario, lo mejor de la exposición es la sucesión de imágenes contenidas en las tarjetas: un avión de la TWA en pleno vuelo, un volcán en erupción o un hotel modernista neoyorquino junto a una iconografía más local, como los coloreados retratos de vírgenes, escenas rurales o plazas castellanas presididas por fuentes de un solo chorro.

Ordenadas cronológicamente, las tarjetas expuestas permiten seguir los movimientos familiares y unos mensajes que, en general, no iban protegidos con sobres. La privacidad era escasa.

Mientras Francisco García Lorca vive en París, envía numerosas postales a su hermano Federico. Con la torre Eiffel al fondo, en abril de 1924 escribe: "Federico: hace días te escribí otra carta que no sé si habrás recibido porque no llevaba franqueo suficiente (han subido). Ahí va esa acusando señales de vida y de salud. El día 2 (mi día) espero carta tuya. ¡Nada! Van tres meses que no tengo de ti la menor noticia. Yo escribo poco, pero tú mucho menos. Si no escribes, no vuelvo a acusar señales ni de vida. Paco". También desde París, el pintor Benjamín Palencia escribe a Federico en 1927. "No te puedes imaginar lo interesante que es esto. He visto mucha pintura moderna y entre todo Picasso, Matisse, Derain y Braque son los que más me han gustado".

Otro pintor, Manuel Ángeles Ortiz, reclama la atención de Federico desde París con un lenguaje que al escritor le incomoda: "Querido Federico: ya veo que tus propósitos de escribirme se desvanecieron al mismo tiempo que yo me desvanecí aunque esto ya lo sospechaba yo y no por eso he de dejar de enviarte mis recuerdos. Aquí he conocido a Bores y a Benjamín Palencia con su primo, esa especie de animal imbécil y de Zoroastro (en cuanto a Kultura) que tiene por primo; este dice ser muy amigo tullo [sic] pero ¿!!!Es posible!!!? Benjamín me parece un tontaina apaciguado, aún no he visto lo que hace, y muy amigo de Juan Ramón Jiménez... ¿Que el escribirte de esta manera te pone muy nervioso? No hagas caso".

El tono de Federico es siempre cariñoso, especialmente con su familia. En una postal de la Feria de Abril sevillana de 1935, les cuenta: "El lunes me iré. Ya he aprovechado ver la feria, que no conocía. Lo he pasado muy bien y Sevilla está hermosísima. Un abrazo de vuestro hijo, Federico".

La correspondencia postal afecta también a los encargos profesionales: Buñuel le reclama participar en sus obras, otros le piden nuevas piezas teatrales o su opinión sobre cualquier acontecimiento político o cotidiano. Es un trasiego de noticias cuyo anverso da cuenta de los cambios más fantásticos ocurridos a principios del siglo pasado.

sábado, 15 de enero de 2011

martes, 4 de enero de 2011

Con el título “La Torre Infinita: del texto a las ilustraciones”, se inaugura el miércoles, 15 de diciembre de 2010, en la Sala Aljibe del Carmen de

http://canalugr.es/prensa-y-comunicacion/item/45508-exposici%C3%B3n-sobre-los-procesos-de-creaci%C3%B3n-de-la-lectura-y-de-la-ilustraci%C3%B3n

Con el título “La Torre Infinita: del texto a las ilustraciones”, de Marta Madrid Manrique y Miguel López Valderrama, el Área de Exposiciones del Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada presenta, en la Sala Aljibe del Carmen de la Victoria (Cuesta del Chapiz s/n.), el miércoles, 15 de diciembre de 2010, a las 18 horas, un proyecto expositivo que integra creación y educación artística, haciendo énfasis en los procesos de trabajo desde la lectura del texto hasta la elaboración de las ilustraciones. Se trata de una exposición que muestra el proceso de creación de Marta Madrid Manrique (ilustradora y artista plástica) en colaboración con el autor del cuento, Miguel López, y el trabajo de sus alumnos del taller de Arte en la Asociación ADERES.

“La Torre Infinita” es aún un libro sin publicar, que cuenta con una edición limitada de los autores y que podrá leerse en la sala de exposiciones. Aun así, el proyecto ha estado presente en las II Jornadas Profesionales del Cómic 2010 de Granada y en el I Congreso Internacional de Arte, ilustración y cultura visual infantil en educación infantil y primaria.

La exposición, que se organiza en colaboración con la asociación ADERES, integrada por personas de diferentes ámbitos (psicología, artes plásticas, filosofía, música) que forman la Asociación por el Desarrollo de las Relaciones Sociales en Granada, (www.proyectoaderes.blogspot.com), muestra cómo se ilustra un cuento, “La torre infinita”, a través de las diferentes etapas que comprenden la elección de los personajes, su diseño, la confección del “story-board”, la composición… con las catorce ilustraciones que integran el cuento.

Los autores

Miguel López Valderrama (1979, Barcelona)