BIBLIOTECA CEIP ALFAGUARILLA ALFACAR

viernes, 24 de agosto de 2012

LA CHICA CON LA QUE NO DEJABAN IR A LOS NIÑOS

LA CHICA CON LA QUE NO DEJABAN IR A LOS NIÑOS de Irmgard Keun

Publicado el 27 agosto 2009 por Margarita
LA CHICA CON LA QUE NO DEJABAN IR A LOS NIÑOS  de Irmgard Keun

La chica con la que no dejaban ir a los niñosImrgard KeunEditorial Alfaguara, Madrid, 1987ISBN: 84-204-4581-9La protagonista de La chica con la que no dejaban ir a los niños es una niña con mucha personalidad, mucha imaginación y una buena dosis de lógica, a la que las cosas no le salen bien. Unas veces porque tiene mala suerte, otras porque su imaginación desbordante hace que se meta en unos líos tremendos. Otras, simplemente interpreta con sinceridad y lógica lo que dicen los adultos y lo aplica en una sociedad estrecha y encorsetada en normas sociales, en la que la niña siempre acaba por ser considerada un "desastre". Y claro, ya podemos darnos cuenta del porqué del título. ¿Qué es lo que hace que no les dejen a los otros niños ir con ella? Pues que está siempre metiéndose en líos. Y cuando no se mete en líos, su hermano tiene la escarlatina y ella puede contagiarla, así que tampoco les dejan ir con ella...Narrada en 1ª persona, con humor y ternura, la historia se compone de pequeños episodios que forman capítulos completos. A lo largo del libro desfilan personajes singulares: los padres que, aparentemente, siempre desconfían de su hija; la tía Millie, solterona que vive con la familia y a la que la protagonista intentará buscar marido; el vecino, Sr. Kleinerz, personaje importante, que es el único que se pone en el lugar de la niña y ve los hechos desde otro punto de vista diferente a los demás adultos; la familia Meiser, siempre echándole la culpa de todo; sus amigos, Hansi y Otti; La tía Betty y su hija Lina; los soldados... y un largo etcétera que puebla la historia para crear ese microcosmos que Irmgard Keun nos quiere mostrar.Porque detrás de todo esto, entrelazado con la trama, está un claro alegato contra la guerra. Las situaciones que viven, la escasez, las noticias, el prisionero que hay en el pueblo, los soldados que quieren contagiarse de escarlatina para no ir al frente, etc., etc. La autora nos va dando pinceladas sutiles, datos de fondo, como si formaran parte del decorado, para decir claramente que está contra la guerra.Pero donde consigue una gran maestría es en la expresión de los pensamientos y sentimientos de la niña protagonista. La autora se pone al nivel de la niña y observa el mundo desde allí: las dudas, las incertidumbres, el sentimiento de culpa, la inseguridad, el miedo, la valentía, la desconfianza, el sentimiento de confusión tras la llegada de un hermanito, los buenos propósitos,... todo está allí, todo pasa por la cabeza de nuestra protagonista. Y muy al estilo de la autora, vamos conociendo a la niña poco a poco, por sus reacciones, sus reflexiones, su forma de ver el mundo. No nos la describe, no nos dice su edad (hasta los últimos capítulos), ni siquiera sabemos su nombre...La chica con la que no dejaban ir a los niños es un libro descatalogado en la actualidad.
Imrgard Keun nació en Alemania en 1905 y murió en 1982. En su infancia vivió en Colonia, en el seno de una familia liberal. Publicó su primera obra en 1931 y, al año siguiente, en 1932 apareció su novela más famosa La chica de seda artificial, (publicada en España por Editorial Minúscula). Con la llegada de los nazis al poder, tuvo que exiliarse, ya que fue perseguida por sus ideas. Vivió en Bélgica y Holanda. Conoció al escritor Philip Roth y con él recorrió varios países europeos. En 1940 regresó de forma clandestina a Alemania. La chica con la que no dejaban ir a los niños se publicó en 1936.

MEMORIAS DE UNA GALLINA

Concha
López
Narváez
Ilustraciones de
Juan Ramón
Alonso
MEMORIAS
DE
UNA GALLINA


© Grupo Anaya, S. A., Madrid, 2006
Proyecto realizado por: Isabel Morueco
Director editorial: Antonio Ventura
www.anayainfantilyjuvenil.com
Carolina, una gallina contestataria, nos
va contando su vida, desde su nacimiento,
junto a sus hermanos, hasta su vida
de gallina adulta ponedora en el gallinero
de la granja.
Después de su nacimiento –es la mayor
de diez hermanos–, lo primero que hace
es ayudar a romper el cascarón a su hermano
pequeño, Picofino. Después sale al
patio y se encuentra con el perro, que llegará
a ser su amigo del alma.
Su madre le enseña a ella, y a sus hermanos
y hermanas, las reglas para ser una
buena gallina, pero ella, desde el principio,
se muestra como una gallina rebelde,
empezando por no querer llamarse
Picapón, sino Carolina. Además, decide
ser tan voladora como un pájaro.
Como su hermano Picofino no crece y
está acomplejado, le enseña a volar y le
ayuda a escapar del gallinero.
Después convence a la demás gallinas de
que hay que ser solidarios con los débiles
y de que la comida debe repartirse entre
todas.
Desenmascara al gallo Marqués, que
adulaba y deslumbraba a todas las gallinas,
y las engañaba prometiéndoles a todas
que se iba a casar con ellas. Cuando
esto se descubre y el gallo es desplumado,
Carolina lo defiende. El Marqués le
pide que se case con él, pero Carolina
sólo le ofrece su amistad.
pidió a Carolina que se casase con
él.

‘La amiga más amiga de la hormiga Miga’ de Emili Teixidor

http://revistapizcadepapel.com/2012/06/20/la-amiga-mas-amiga-de-la-hormiga-miga-de-emili-teixidor/

la-amiga-mas-amiga-de-la-hormiga-miga-9788434852679 La amiga más amiga de la hormiga Miga de Emili Teixidor. Editorial SM, 2012.  Colección Barco de vapor, serie azul, 96 pp., 7,40 €.

Por José R. Cortés Criado.

En el año 1997 Emili Teixidor obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con esta obra, que desde su publicación causó sorpresa y alegría a sus lectores.
La trama es bien sencilla y conocida en el mundo literario, no es una idea original, se trata de resaltar el valor de la amistad y la importancia de los amigos de verdad; con estos mimbres tan simples Emili Teixidor supo crear una bella historia llena de ingenio, sabiduría, humor y amistad.
La pobre hormiga está triste porque desea salir de su rígida comunidad y conocer qué hay más allá del horizonte, esto lo piensa mientras camina entre la hormiga Maga, que hace magia, y la hormiga Mega, que es grande y forzuda. Lejos estaba de sospechar lo que pueden hacer los amigos por uno cuando necesita de su ayuda.
Aprovechando el nombre de los animales del bosque que recrea en el cuento Teixidor hace juegos de palabras para bautizarlos, así está la gallina Lina, la jirafa Rafa o el mochuelo Monchuelo.
Este autor escribe cosas como esta: “El lobo Bobo consultó a su vez con su amigo el oso Soso, para ver si la hormiga Miga, amiga de la mariquita Quitapesares, amiga del escarabajo Bajo, amigo de la langosta Angosta, amiga de la mosca Hosca, amiga del gusano Sano, de la oruga Arruga, ahora convertida en larva de mariposa, y del lagarta Harto, amigo del ruiseñor Señor, amigo de la gallina Lina, amiga del lobo Bobo, amigo del oso Soso, podría encontrar a alguien que la llevara de excursión por las alturas para ver el horizonte”.
Toda esta cadena de favores dio como resultado que la diminuta hormiga se instaló durante un rato en la cabeza de la altísima jirafa y pudo maravillarse al ver qué había más allá del suelo y del hormiguero.
Al final la mejor amiga de Miga es la jirafa Rafa, ambos han descubierto dos mundos muy alejados de ellos, la pequeña descubrió lo que hay en las alturas y la “gigantona” lo que existe a ras del suelo, además comparten la sabiduría de Monchuelo: “Todos los animales estamos forrados por dentro con el tejido de nuestros sueños”.
Se trata de una buena obra, de esas que gustan a mayores y pequeños y que no pasan de moda. La hormiga es un ser con ganas de descubrir mundos nuevos y conocer qué hay más allá de su hábitat, no es más que el deseo que muchas personas llevamos dentro desde pequeños, esa curiosidad que hace que el ser humano progrese en conocimiento y sabiduría.
Ese afán de avanzar y conocer mundos nuevos llevó a Emili Teixidor a escribir numerosas obras infantiles y juveniles donde sus protagonistas buscan ir más allá descubrir otras formas de vida, disfrutar del momento, esforzarnos por ser mejores y vivir lo mejor posible.
Esta historia nos muestra una hormiga afectiva e inteligente a la que se le toma cariño a pesar de que, como me dijo Teixidor, las hormigas no son tiernas ni dulces, sino muy disciplinadas y que pueden llegar a ser muy peligrosas, cosas que él supo porque se dedicó a investigar sobre hormigas antes de crear esta historia.
Conocí a Emili Teixidor cuando ganó el Premio Nacional de LIJ y le dije lo que pensaba de su hormiga Miga y que tenía algo en común con otros personajes de este escritor, ganas de ser libres. Además organicé dos encuentros, uno con alumnos de CEIP Vicente Aleixandre de Torre del Mar, Málaga; y otro, con maestros y profesores en el Centro del Profesorado dela Axarquía (Málaga); los dos con el mismo título: “Juicio al autor”. A ambos encuentros, los asistentes asumieron la identidad de un personaje y le preguntaron al escritor el porqué de su existencia, de su nombre o su papel en la trama.
Lo curioso de ambos encuentros, celebrados en lugares y horas distintas, es que tanto los niños como los adultos coincidieron en sus deseos de saber y las preguntas fueron prácticamente las mismas.
Creo que Teixidor, al igual que Miga descubrió en vida el horizonte y otros mundos ocultos del más allá y del más acá, gracias a sus amigos y a las alturas de miras que siempre tuvo.
Gracias Teixidor por escribir bellas historias y por haber sido un pilar en el fomento de la lectura.

Doctor Rus (Doutor Rus, 1995)

Doctor Rus
(Doutor Rus, 1995)
Barcelona: Edebé, 1998, 7ª impr.; 101 pp.; col. Tucán; trad. de la autora; ilust. de Pablo Prestifilippo; ISBN: 84-236-3805-7.
9 años: lectores niños.
Narrativa: Fantasía.
Un doctor de animales, bestias y bichos pequeños, como él mismo se denomina, cuenta episodios de su peculiar vida profesional. Narra brevísimas historias sobre un topo que quiere ponerse gafas, unos erizos que no quieren espinas, unos elefantes que quieren adelgazar y recortar las orejas y la trompa, un ciempiés que ha perdido una pata y quiere otra postiza, un hipopótamo con un diente picado... El Doctor Rus aprende de sus pacientes: por ejemplo, de un caracol sabio al que le ofrece un suero de la prisa pero que se niega porque «dice que así nunca podría jugar con sus amigos. Iría siempre delante, pero solo». Pero también enseña, por ejemplo, a maridos machistas, como el canguro, a compartir la carga de los hijos, y le pone una bolsita de terciopelo naranja para que su señora no tenga que llevar a las dos crías ella sola. En el último cuento, aprendemos algo más del, hasta entonces, misterioso Doctor Rus.

Gloria Sánchez: Doutor Rus



Gloria Sánchez: Doutor Rus
Ilustraciones de Pablo Prestifilippo

Col. Tucán, 5. Serie Verde. Edebé-Rodeira. Barcelona, 1995
Premio "Edebé" de literatura infantil 1995

Doutor Rus
El doctor Rus cuenta de su trabajo en la consulta a la que acuden todo tipo de animales.
Es el suyo un tratamiento individualizado. Tiene tanta variedad de remedios como de pacientes: pone a dormir al conejito huérfano junto a él, a la cuca falta de cariño la lleva junto a un palomo, del que se enamora... Algunos casos son complicados: el burro con hambre quiere que le recete comida, un cerdo que vive en un piso de la ciudad no puede gruñir por orden del gobernador, el camello borracho le cogió gusto a vivir en lo alto de una palmera. Por eso a veces hasta es mejor que vayan a un psicólogo, como el ciempés que pide una pata postiza, el topo con gafas o el ciervo al que le puso de cuerno un injerto de naranjo y sólo quieren las ciervas cuando tiene naranjas. En general, su eficacia es manifiesta: le abre la barriga a un lobo indigestado por comer una vaca y cuatro carneros y la cose con lazo rosa de raso, un chicle le vale para la avestruza que tragó un reloj de cuco,...
Aunque no siempre recibe buena paga: le cura el hipo al gato asustándolo disfrazado de ratón y marcha sin pagarle; una ballena lo engulle y el pulpo le lanza un chorro de tinta. Y después de haber estado toda la noche en vela atendiendo el parto de la gallina, suena el despertador y su madre insiste en que se levante para ir a la escuela. Se arma de paciencia. Tiene difícil solución esta manía de su madre.

jueves, 23 de agosto de 2012

EL MEDIO POLLITO Y EL MEDIO REAL

EL MEDIO POLLITO Y EL MEDIO REAL

Dos vecinas se pusieron de acuerdo para criar pollitos. Una puso la gallina clueca y la otra los huevos. Pero de todos los huevos, sólo salió un pollito.


 -¿Y ahora qué hacemos? –dijo una.
- Pues nada, nos lo partimos por la mitad –dijo la otra. Y así lo hicieron. Una cogió su medio pollito, lo asó y se lo comió, pero a la otra le dio lástima y lo echó al corral.
Escarbando, escarbando en el estercolero, el medio pollito se encontró dinero. Exactamente un medio real de plata. A esto pasó por allí el hijo del rey, y le dijo:

- Medio pollito, ¿por qué no me prestas tu medio real, que me quiero casar? Dentro de un mes, yo te lo devolveré.
- De acuerdo – contestó el medio pollito – Pero que no se te olvide.
- Descuida. El rey siempre cumple su palabra.
Pero pasó un mes y el hijo del rey no volvió. Entonces el medio pollito decidió ir al palacio a por su medio real.
Andando, andando se encontró un palomar, y la palomas le preguntaron:
- Medio pollito, ¿adónde vas?
- Al palacio del rey, a por mi medio real. Si queréis venir conmigo… -Y las palomas se fueron con él. Y andar y andar, volar y volar, dijeron las palomas:
- Medio pollito, que nos cansamos.
- Pues meteros en mi medio culito. –Y allí se metieron.
Poco más adelante, se encontró con la zorra:

- Medio pollito, ¿adónde vas?
- No me comas, no me comas, que voy al palacio del rey a por medio real. Si quieres venir conmigo… - Y la zorra se fue con él.
Al rato dijo:
- Medio pollito, que me canso.
- Pues métete en mi medio culito. – Y allí se metió.
Poco más adelante se encontró con el lobo:
- Medio pollito, medio pollito, ¿adónde vas?
-  No me comas, no me comas, que voy al palacio del rey a por mi medio real. Si quieres venir conmigo… - Y el lobo se fue con el pollito. Al rato dijo:
- Medio pollito, que me canso.
- Pues métete en mi medio culito. – Y allí se metió.
Un poco más adelante se encontró con un peñascal. Y dijo el medio pollito:
- Con tantas piedras me cansaré yo. Mejor será…
Y también se las metió donde ya sabemos. Pero no acabaron ahí las fatigas; poco después llegó a un río:
- Si me meto, me ahogo; si vuelo, me caigo al agua. Mejor será… - Y se dio media vuelta y también se sorbió todo el río por ese sitito.
Un poco más adelante se encontró con un toro:

- Medio pillito, ¿adónde vas?
- Al palacio del rey por mi medio real.
Si quieres venir conmigo… - Y el toro se fue con el medio pollito. Al rato dijo:
- Medio pollito, que me canso.
- Pues métete en mi culito. Y allí se metió.
Y así fue que llegó el medio pollito al palacio del rey. Llama a la puerta: ¡Pam, pam!
- ¿Quién es?
- Soy el medio pollito, que vengo a por mi medio real.
- ¿Y para qué lo quieres? – preguntó el rey.
- Para comprarme trigo.
- Ah, bueno, si es por eso… Yo tengo mucho trigo. ¡A ver que lo lleven al granero y que se harte!
Lo llevaron al granero, y entonces dijo el medio pollito:
- Palomas, salid. – Salieron las palomas y se comieron todo el trigo. Y el medio pollito decía: “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!” Los criados fueron a avisar al rey:
- ¡Majestad, que el medio pollito nos ha dejado sin trigo!
- ¿Es posible?¡Que lo echen al corral de los gallos de pelea!¡Ja, ja,ja! – Lo echaron al corral, y entonces el medio pollito dijo:
- ¡Zorrita, sal! – Y salió la zorra y en un santiamén se comió a todos los gallos. Y el medio pollito decía: “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!” Fueron a avisar al rey:
- Majestad, que el medio pollito se ha comido a todos los gallos de pelea!
- ¿Es posible? ¡Que lo echen a la cuadra con los potros si domar! – Lo echaron a la cuadra, y entonces el medio pollito dijo:
- ¡Lobito sal! – Y salió el lobo y acabó con los potros en un momento. Y el medio pollito decía: “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!” Y los criados fueron a avisar al rey:
- ¡Majestad, que no quedan ni las pezuñas!
- ¡Pues ya me he cansado! ¡Que lo tiren al pozo!

Y lo tiraron al pozo, pero dijo el medio pollito:
- ¡Piedras del peñascal, salid por mi medio real!
Y salieron todas las piedras y taparon el pozo. Y decía el medio pollito: “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!”
- ¡Se acabaron las contemplaciones! – dijo el rey. ¡Al fuego con él!
Pero cuando lo iban a echar al fuego, dijo el medio pollito:
- ¡Rio, sal!
Y salió el río y apagó el fuego y lo inundó todo.
- ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
- ¡A la plaza, que le peguen cuatro tiros! – dijo el rey.
Se juntó todo el mundo en la plaza y ya le iban a pegar cuatro tiros, cuando dijo el medio pollito:
- ¡Toro sal!
Salió el toro como un vendaval, persiguió a todo el mundo y corneó a los soldados del rey. En menos que canta un gallo entero, limpió la plaza y se puso a correr detrás del rey, que gritaba:
- ¡Socorro, socorro! – Y el medio pollito:
- “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!”
- ¡Está bien, te daré tu medio real, pero dile a esta fiera que se pare!

Y consintió el medio pollito en que el toro se parara y cobró su medio real de plata. Y colorín colorado éste medio cuento se ha acabado.
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