BIBLIOTECA CEIP ALFAGUARILLA ALFACAR

lunes, 14 de mayo de 2012

Trish Vickers, una novelista ciega inglesa, utiliza una serie de gomas elásticas para que los renglones no se le tuerzan al escribir. Un día, cuando su hijo se acercó a su casa para leer lo último que había escrito, 26 páginas de una novela, allí no había nada: se le había acabado la tinta y ella, sin advertirlo, siguió redactando una página en blanco tras otra. La polícía local, gracias a sus trucos forenses, consiguió recuperar como por arte de magia casi todas las palabras. Un caso real, que puede servir como metáfora a la invisibilidad del trabajo de tantas escritoras a lo largo de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario