http://blogs.publico.es/luis-garcia-montero/13/los-lectores-y-sus-libros/
Las ferias del libro mezclan la literatura pública con las historias privadas. Por eso pertenecen sobre todo a los lectores que piden una firma y hablan de sus recuerdos. Conviene no desatender el valor simbólico de estos testimonios, que convierten en páginas de vida propia las palabras de unos autores afortunados.
Mi padre tenía la costumbre de leer en alto sus poemas preferidos. Con voz teatral, dramatizaba los tonos y las sílabas para crear efectos sentimentales en sus hijos. Le oigo todavía recitar la Canción del pirata, de Espronceda, y juro que le obedecían las nieblas, las banderas negras y los vientos. Daban ganas de ser pirata. Una tarde de verano, mientras rompía un castigo y saltaba por la ventana de mi cuarto para irme con la pandilla a jugar en las alamedas del río Genil, comprendí con exactitud lo que significaba romper el yugo del esclavo. Mi padre había creado efectos con su voz para que yo me pusiera en el lugar de Espronceda. Era un camino de vuelta, porque navegaba de regreso por las mismas aguas imaginarias que Espronceda había utilizado para ponerse en el lugar de su pirata. El caso es que gracias al nervio sonoro y libre de los versos aprendí el significado de la rebeldía y otras muchas cosas sobre el poder noble del amor y las cadenas humillantes del miedo.
También aprendí a quedarme suspendido en un argumento. Cuando veo a mis hijas zapear con el mando de la televisión, huir de un canal a otro, suelo ponerme nervioso, porque desde niño me acostumbré a quedarme atrapado en los argumentos. Sé que las cosas tienen un planteamiento, un nudo y un desenlace. Entrar en un argumento es hacerse responsable de su final, admitir la parte de la historia que nos toca más allá de cada instante. Me resulta imposible dejar a nadie con la palabra en la boca.
La soledad habitada de los lectores esconde una paradoja. La lectura es el ejercicio que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos cuando nos ponemos en el lugar de los otros. El arte de la poesía, como escribió Borges, nos ofrece el espejo en el que descubrimos nuestro propio rostro. El autor aprende mucho de sí mismo al ordenar sus pasiones e imaginar la butaca ocupada por su lector ideal. Y el lector de carne y hueso convierte en vida la lectura cuando se apropia de la exaltación, las melancolías, las heridas o las indignaciones que cuentan las historias.
Hay que ser muy reaccionario para negar la importancia de las nuevas tecnologías. Pero hay que ser muy imprudente para no advertir los peligros de la tecnología como definición única del progreso. Deberíamos tomarnos más en serio el sentido profundo de la lectura, porque en él se encierra la razón última del contrato social moderno. Aprendemos a borrar parte de nuestra identidad para vivir en el espacio público de los libros, que nos ayudan a conocernos a nosotros mismos cuando vivimos las historias de los otros. Somos ciudadanos gracias a un mecanismo muy parecido al que nos hace enamorarnos de Fortunata o despreciar a Juanito Santa Cruz en la novela de Galdós. Borramos un poco nuestra identidad sin renunciar a ser nosotros mismos. Aceptamos un espacio común que no nos exige renunciar a nuestra conciencia.
El prestigio social del mundo científico es tan fuerte que las teorías literarias pretendieron durante años imitar sus metodologías, olvidándose del significado humanista de la lectura. El acto de sentir, de interpretar, de responsabilizarse de los finales, de ponerse en el lugar del otro para decidir sobre uno mismo, es cuando menos tan necesario como los descubrimientos de las leyes científicas. Ahí descansa la dimensión ética que necesitamos para que la ciencia y el progreso no se conviertan en nuevas formas de superstición y esclavitud mercantil.
A mi hija Elisa le gusta Miguel Hernández. Yo leo ahora en voz alta las Nanas de la cebolla. Y las leo con voz dramática, buscando efectos. No pretendo que sea poeta o profesora de literatura, pero me gustaría que aprendiese algunas cosas. Por ejemplo, que las historias tienen planteamiento, nudo y desenlace, y que si queremos conocernos a nosotros mismos debemos compartir las palabras de los otros. Por muy rápido que vaya la historia, debemos evitar que se fragmenten nuestras experiencias, las rebeldías de un autor, un pirata y un lector, o los recuerdos de un abuelo, un padre y una hija.
BIBLIOTECA CEIP ALFAGUARILLA ALFACAR
miércoles, 3 de noviembre de 2010
martes, 5 de octubre de 2010
Iniciamos la publicación de El Mago de Oz, de L. Frank Baum, con las ilustraciones de su primera edición, de William Wallace Denslow, y traducción de Marcial Souto. La entrega será de dos capítulos por edición de Imaginaria. Esperamos que todos disfruten de este clásico tanto como los niños. Incluimos una presentación por Marcela Carranza.
Cartel publicitario de El maravilloso Mago de Oz dibujado por William Wallace Denslow
Presentación
por Marcela Carranza
Publicado por primera vez en 1900, El Mago de Oz cumplió 110 años de existencia. Como sucede con muchos clásicos, lo que una gran mayoría de la gente conoce no es el texto escrito por su autor sino sus adaptaciones, especialmente las cinematográficas. Y no se trata aquí de rechazar este tipo de adaptaciones, el mismo Frank Baum se ocupó de fomentarlas y llevarlas a cabo, sino de dar cuenta de una situación. Si decimos “Pinocho” o “La Sirenita”, una amplia mayoría de adultos y de niños piensa en el simpático niño regordete o en la jovencita de rojiza cabellera de Walt Disney, o en el libro de poco texto y dibujos al estilo de los estudios ya mencionados. Es como si hubiera un vacío, algo que nos falta en una realidad donde los libros se producen y se descatalogan en forma masiva y vertiginosa. Cuando hablamos de los clásicos, entonces, no está nada mal el tomar relativa conciencia de que, en reglas generales, de ellos sabemos muy poco, y quizás nos perdemos lo mejor.
En el caso de El Mago de Oz, personalmente, conocí primero la bellísima película de la Metro-Goldwyn-Mayer protagonizada por Judy Garland (todo un clásico también) y debo reconocer que desconocía totalmente que Frank Baum llegó a escribir una serie de catorce libros del país de Oz. De los cuales tuve la fortuna de conseguir sólo cuatro.
Ilustración de W.W. Denslow para El Mago de Oz
El Espantapájaros que ambiciona un cerebro, el Leñador de Hojalata en busca de un corazón y el León Cobarde junto a la valerosa Dorothy son personajes sumamente ingeniosos, divertidos y poéticos. Paradojas, contradicciones, aventuras y humor inteligente recorren las páginas vividas por estos entrañables personajes. El Mago de Oz rompe con cualquier prejuicio acerca de la posible vejez de un texto escrito hace 110 años. Los niños del siglo XXI pueden leerlo y disfrutarlo plenamente. Y si no me creen, hagan la prueba.
Pero claro, para hacer la prueba primero hay que tener el texto a disposición, y es por esta razón que en Imaginaria decidimos, como ya lo hicimos con Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi, publicar la traducción de El Mago de Oz realizada por Marcial Souto; quien generosamente nos autorizó a hacerlo.
Nuestro deseo es que docentes, padres, y otros mediadores, puedan a través de Imaginaria acceder a El Mago de Oz de L. Frank Baum con las ilustraciones de su primera edición, las de William Wallace Denslow. La entrega será de dos capítulos por número de la revista y esperamos que disfruten de este clásico tanto como los niños.
Ilustración de W.W. Denslow para El Mago de Oz
El Mago de Oz
Por L. Frank Baum
Ilustraciones de William Wallace Denslow
Título original: The Wonderful Wizard of Oz
Traducción de Marcial Souto
© Marcial Souto, 2002, 2010
A mi buena amiga y camarada, mi mujer.
Introducción
El folclore, las leyendas, los mitos y los cuentos de hadas han acompañado la infancia a lo largo de los siglos, pues todo niño sano siente una edificante e instintiva atracción por las historias fantásticas, maravillosas y manifiestamente irreales. Las hadas aladas de Grimm y de Andersen han llevado más felicidad a los corazones infantiles que todas las demás creaciones humanas.
Sin embargo, el viejo cuento de hadas, que ha servido durante generaciones, podría ahora ser clasificado de “histórico” dentro de la biblioteca infantil, pues ha llegado la hora de una nueva serie de “cuentos de maravillas” donde ya no aparezcan los estereotipados genios, enanos y hadas, con todas las horripilantes peripecias inventadas por los autores para transformar cada relato en una espantosa moraleja. La educación moderna incluye la moral; por lo tanto, el niño moderno sólo busca entretenimiento en sus cuentos de maravillas y renuncia de buena gana a todos los detalles desagradables.
Con esa idea en mente, la historia del “maravilloso Mago de Oz” ha sido escrita sólo para dar placer a los niños de hoy. Aspira a ser un cuento de hadas modernizado, que conserva las maravillas y la alegría y prescinde de las angustias y las pesadillas.
L. Frank Baum
Chicago, abril de 1900
—000—
Capítulo 1
El ciclón
Dorothy vivía en medio de las grandes praderas de Kansas con tío Henry, que era granjero, y con tía Em, que era la mujer del granjero. Su casa era pequeña porque para construirla habían tenido que transportar la madera en una carreta desde una distancia de muchos kilómetros. Había cuatro paredes, un piso y un techo, que completaban una habitación; y en esa habitación había una oxidada cocina de hierro, una alacena para los platos, una mesa, tres o cuatro sillas y las camas. Tío Henry y tía Em tenían una grande en un rincón, y Dorothy tenía una pequeña en otro rincón. No había buhardilla ni sótano, sólo un agujero cavado en el suelo, llamado “el sótano de los ciclones”, donde podría refugiarse la familia si se levantara uno de esos potentes remolinos que se llevan las casas a su paso. Se entraba al agujero –un agujero pequeño y oscuro– por una trampa situada en el centro del piso, de la que descendía una escalera.
Cuando Dorothy salía a la puerta y miraba alrededor no veía otra cosa que la inmensa pradera gris. No había un solo árbol o casa que alterase la ancha llanura que se extendía hasta el borde del cielo en cualquier dirección. El sol había calcinado la tierra arada, que era ahora una masa gris surcada por pequeñas grietas. Ni siquiera la hierba era verde, pues el sol había quemado las puntas de las largas briznas hasta dejarlas del mismo color que todo lo demás. En otra época la casa había estado pintada, pero el sol y la lluvia se habían llevado esa pintura y ahora era tan deslucida y gris como el resto de la llanura.
Cuando tía Em fue a vivir a ese sitio era una mujer joven y bonita. A ella también la habían cambiado el viento y el sol. Le habían arrebatado el brillo de los ojos, que ahora eran de un gris apagado; le habían arrebatado el color de las mejillas y los labios, que también eran grises. Ahora era una mujer delgada que no sonreía nunca. Cuando Dorothy, que era huérfana, fue a vivir con ellos, tía Em se sobresaltaba tanto cada vez que llegaba a sus oídos la risa alegre de la niña que lanzaba un grito y se llevaba una mano al corazón; y todavía se maravillaba de que la niña encontrase cosas de que reírse.
Tío Henry no se reía nunca. Trabajaba duro de sol a sol y no conocía la alegría. Él también era gris, desde la larga barba hasta las toscas botas; tenía expresión severa y solemne y casi nunca hablaba.
Quien hacía reír a Dorothy y la salvaba de volverse tan gris como todos los que la rodeaban era Totó. Totó no era gris; era un perrito negro, de pelo largo y sedoso y pequeños ojos negros que centelleaban con alegría a ambos lados de la divertida y diminuta nariz. Totó jugaba todo el tiempo, y Dorothy jugaba con él y lo quería con pasión.
Pero ese día no jugaban. Tío Henry estaba sentado en el escalón de la puerta y miraba preocupado hacia el cielo, que era aún más gris que de costumbre. En la puerta, con Totó en brazos, Dorothy también miraba el cielo. Tía Em lavaba los platos.
Desde el lejano norte llegaba el gemido sordo del viento, y tío Henry y Dorothy veían cómo las largas hierbas se inclinaban en oleadas anunciando la llegada de la tormenta. De pronto el aire trajo un silbido agudo desde el sur y, al volverse, vieron que la hierba también se rizaba por ese lado.
Tío Henry se levantó.
—Em, viene un ciclón —dijo a su mujer—; voy a ocuparme del ganado.
Después corrió hacia los cobertizos donde tenían las vacas y los caballos.
Tía Em dejó lo que estaba haciendo y fue hasta la puerta. Le bastó con mirar una sola vez el cielo para darse cuenta del peligro que se acercaba.
—¡Rápido, Dorothy! —gritó—. ¡Corre al sótano!
Totó saltó de los brazos de Dorothy y se escondió debajo de la cama, y la niña corrió detrás de él. Tía Em, muy asustada, abrió la trampa del suelo y bajó por la escalera al agujero pequeño y oscuro. Dorothy logró por fin atrapar a Totó, y empezó a caminar hacia donde había ido su tía. Al llegar al centro del cuarto hubo un fuerte ruido y la casa se sacudió con tanta fuerza que Dorothy perdió el equilibrio y cayó sentada en el suelo.
Entonces ocurrió algo extraño.
La casa giró dos o tres veces sobre sí misma y se elevó lentamente en el aire. Dorothy se sintió como si anduviera en globo.
Los vientos del norte y del sur chocaban en el sitio donde estaba la casa, haciendo de ella el centro exacto del ciclón. En el centro de un ciclón el aire está por lo general en calma, pero la inmensa presión del viento sobre cada una de las paredes de la casa la fue alzando cada vez más hasta llevarla a la misma cima del ciclón; y allí siguió mientras era arrastrada kilómetros y kilómetros, como quien lleva una pluma.
Estaba muy oscuro, y el viento lanzaba unos aullidos horribles, pero Dorothy se sentía bastante cómoda. Después de los primeros remolinos, y del momento en que la casa se inclinó peligrosamente hacia un lado, sintió que la mecían con suavidad, como a un bebé en la cuna.
A Totó no le gustaba. Corría de un lado a otro en el cuarto, ladrando con fuerza; pero Dorothy estaba sentada en el suelo, muy quieta, esperando a ver qué pasaba.
En un momento Totó se acercó demasiado a la trampa abierta y cayó por ella. Al principio la niña pensó que lo había perdido, pero pronto vio que una de las orejas asomaba por el agujero, pues la presión del aire era tan fuerte que no lo dejaba caer. Dorothy gateó hasta el agujero, sujetó a Totó por la oreja y lo arrastró de vuelta a la habitación; luego cerró la trampa para que no hubiera más accidentes.
Pasaron las horas y poco a poco Dorothy fue perdiendo el miedo. Pero se sentía muy sola, y el viento aullaba a su alrededor con tanta fuerza que casi la ensordecía. Al principio había pensado que, cuando cayera la casa, ella se haría pedazos, pero como pasaban las horas y no sucedía nada terrible, dejó de preocuparse y decidió esperar con calma a ver qué le deparaba el futuro. Por fin se arrastró sobre el suelo movedizo, subió a la cama y se tendió en ella; y Totó la siguió y se tendió a su lado.
A pesar de que la casa se movía y de que el viento rugía, Dorothy cerró los ojos y se quedó profundamente dormida.
—000—
Capítulo 2
La reunión con los munchkins
La despertó un golpe tan fuerte que, si no hubiera estado acostada en la cama blanda, se podría haber lastimado. Dorothy contuvo la respiración y se preguntó qué había pasado. Totó le apoyó en la cara la pequeña y fría nariz y gimió, asustado. Dorothy se incorporó y notó que la casa no se movía; tampoco estaba oscuro, pues el sol entraba por la ventana, inundando la pequeña habitación. Se levantó de un salto y, con Totó pegado a los talones, corrió a abrir la puerta.
La niña lanzó un grito de asombro y miró alrededor. Los ojos se le agrandaron al ver aquellas maravillosas imágenes.
El ciclón había depositado la casa con mucha suavidad —para un ciclón— en el centro de un país de asombrosa belleza. Por todas partes había exquisitos retazos de césped verde, con majestuosos árboles cargados de apetitosos frutos. Había magníficos canteros de flores y pájaros de extraño y vistoso plumaje que cantaban y aleteaban en los árboles y en los matorrales. Un poco más lejos corría un arroyo entre el verde, murmurando con una voz muy agradable para una niña que había vivido tanto tiempo entre secas y grises praderas.
Mientras miraba asombrada el sorprendente y hermoso paisaje, notó que se le acercaba un grupo de personas, las personas más extrañas que había visto en su vida. No eran tan grandes como las personas mayores que estaba acostumbrada a tratar, pero tampoco eran muy pequeñas. En realidad aparentaban el tamaño de Dorothy, que era una niña crecida para su edad, aunque por su aspecto tenían muchos más años que ella.
Eran tres hombres y una mujer, y todos iban vestidos de un modo raro. Llevaban sombreros redondos que terminaban en una punta afilada, treinta centímetros por encima de la cabeza, y de los bordes de esos sombreros colgaban unos cascabeles pequeños que, con cada movimiento, producían un dulce tintineo. Los sombreros de los hombres eran azules; el sombrero de la mujercita era blanco. Ella llevaba, además, un vestido blanco que le caía en pliegues desde los hombros; ese vestido estaba salpicado de pequeñas estrellas que centelleaban al sol como diamantes. Los hombres estaban vestidos de azul en el mismo tono de los sombreros, y llevaban botas muy bien lustradas con rayas azules en las puntas. Los hombres, pensó Dorothy, debían de ser de la edad de tío Henry, pues dos de ellos lucían barba. Pero la mujercita era sin duda mucho más vieja: tenía el rostro cubierto de arrugas, y su pelo era casi blanco y caminaba con cierta rigidez.
Al llegar cerca de la casa en cuya puerta esperaba Dorothy, esas personas se detuvieron e intercambiaron unos susurros, como si temieran seguir avanzando. Pero la viejecita caminó hasta donde estaba Dorothy y se inclinó con una profunda reverencia.
—Bienvenida, noble Hechicera —dijo con voz dulce—, al País de los Munchkins. Te agradecemos mucho que hayas matado a la Bruja Mala del Este, y que hayas liberado a nuestro pueblo.
Dorothy escuchó esas palabras con sorpresa. ¿A qué se referiría esa mujercita al llamarla hechicera y decirle que había matado a la Bruja Mala del Este? Dorothy era una niña inocente e inofensiva, a quien un ciclón había llevado muy lejos; y nunca, en toda su vida, había matado una mosca.
Pero era evidente que la mujercita esperaba una respuesta.
—Eres muy amable —dijo Dorothy con voz vacilante—, pero debe de haber algún error. Yo no he matado nada.
—Bueno, lo hizo tu casa —respondió la viejecita con una carcajada—, y en el fondo es lo mismo. ¡Mira! —dijo, señalando la esquina de la casa—; allí están los dos pies, asomando todavía por debajo del tronco.
Dorothy miró y lanzó un pequeño grito de terror. Efectivamente, por debajo de la madera que sostenía el peso de la casa, asomaban dos pies enfundados en zapatos de plata terminados en punta.
—¡Dios mío! ¡Dios mío! —gritó Dorothy, apretándose las manos, aterrada—, la casa debe de haberle caído encima. ¿Qué podemos hacer?
—Nada podemos hacer —dijo la mujercita con voz calma.
—Pero ¿quién era? —preguntó Dorothy.
—Era la Bruja Mala del Este, como ya dije —respondió la viejecita—. Ha tenido a todos los munchkins en cautiverio durante muchos años, haciendo que la sirvieran como esclavos día y noche. Ahora todos son libres y te están agradecidos por el favor.
—¿Quiénes son los munchkins? —inquirió Dorothy.
—Es la gente que vive en esta tierra del Este, donde reinaba la Bruja Mala.
—¿Tú eres una munchkin? —preguntó Dorothy.
—No, pero soy amiga de ellos, aunque vivo en la tierra del Norte. Cuando vieron que la Bruja del Este estaba muerta, los munchkins me enviaron un veloz mensajero, y yo acudí enseguida. Soy la Bruja del Norte.
—¿De veras? —exclamó Dorothy—. ¿Eres una bruja de verdad?
—Claro que sí —le respondió la mujercita—. Pero soy una bruja buena, y la gente me quiere. No soy tan poderosa como la Bruja Mala que reinaba aquí; de lo contrario, yo misma habría liberado a este pueblo.
—Pero yo pensaba que todas las brujas eran malas —dijo la niña, que se sentía un poco asustada ante una bruja de verdad.
—Ah, no; eso es un gran error. Hay sólo cuatro brujas en todo el País de Oz, y dos de ellas, las que viven en el Norte y en el Sur, son brujas buenas. Sé que es verdad, porque yo soy una de ellas y no me puedo equivocar. Las que vivían en el Este y el Oeste eran verdaderamente malas, pero ahora que has matado a una, sólo queda una Bruja Mala en todo el País de Oz: la que vive en el Oeste.
—Pero —dijo Dorothy, después de pensarlo un momento—, tía Em me ha dicho que todas las brujas murieron… hace muchos, muchos años.
—¿Quién es tía Em? —quiso saber la viejecita.
—Es mi tía, que vive en Kansas, el sitio de donde he venido.
La Bruja del Norte hizo como si pensara un momento, la cabeza ladeada y mirando el suelo. Luego alzó la mirada y dijo:
—No sé dónde está Kansas, porque nunca he oído hablar de ese país. Dime, ¿es un país civilizado?
—Claro que sí —respondió Dorothy.
—Eso lo explica todo. Tengo entendido que no quedan brujas en los países civilizados; ni magos ni hechiceros. Pero el País de Oz nunca ha sido civilizado, pues estamos aislados del resto del mundo. Por lo tanto hay todavía entre nosotros brujas y magos.
—¿Quiénes son los magos? —preguntó Dorothy.
—El propio Oz es el Gran Mago —respondió la Bruja en un susurro—. Es más poderoso que todos los demás juntos. Vive en la Ciudad Esmeralda.
Dorothy iba a hacer otra pregunta, pero en ese instante los munchkins, que habían permanecido callados, lanzaron un potente grito y señalaron la esquina de la casa que había aplastado a la Bruja Mala.
—¿Qué pasa? —preguntó la viejecita. Miró hacia la casa y se echó a reír. Los pies de la Bruja muerta habían desaparecido por completo, y sólo quedaban los zapatos de plata.
—Era tan vieja —explicó la Bruja del Norte— que se secó rápidamente al sol. Ya no queda nada. Pero los zapatos son tuyos y podrás usarlos.
Se inclinó y recogió los zapatos, y después de sacudirlos para sacarles el polvo se los entregó a Dorothy.
—La Bruja del Este estaba orgullosa de esos zapatos de plata —dijo uno de los munchkins—, y hay en ellos un cierto poder mágico, aunque nunca supimos en qué consistía.
Dorothy llevó los zapatos dentro de la casa y los puso sobre la mesa. Luego volvió afuera, junto a los munchkins, y dijo:
—Estoy ansiosa por regresar junto a mi tía y a mi tío, porque seguramente se estarán preocupando. ¿Me podéis ayudar a encontrar el camino a Kansas?
Los munchkins y la Bruja se miraron primero unos a otros, y después a Dorothy y finalmente sacudieron la cabeza.
—Al este, no lejos de aquí —dijo uno—, hay un gran desierto, y nadie alcanzaría a cruzarlo.
—Lo mismo ocurre al sur —dijo otro—, pues yo he estado allí y lo he visto. El sur es el País de los Quadlings.
—Me han dicho —intervino el tercer hombre— que lo mismo pasa en el oeste. Y ese país, donde viven los winkies, está gobernado por la Bruja Mala del Oeste, que te convertiría en su esclava si pasaras por su tierra.
—El norte es mi hogar —dijo la vieja—, y en su extremo aparece el mismo gran desierto que rodea este País de Oz. Mucho me temo, querida, que tendrás que vivir con nosotros.
Dorothy comenzó a sollozar; se sentía muy sola entre todas esas personas extrañas. Sus lágrimas parecieron ablandar también a los bonachones munchkins, que enseguida sacaron los pañuelos y rompieron a llorar. La viejecita, en cambio, se quitó el gorro y apoyó el pico en la punta de la nariz, haciendo equilibrio, mientras cantaba “uno, dos, tres” con voz solemne. De pronto el gorro se transformó en una pizarra, en la que se leía, escrito con tiza en grandes caracteres:
“QUE DOROTHY VAYA A LA CIUDAD ESMERALDA”
La viejecita sacó la pizarra de la nariz y, después de leer las palabras escritas, preguntó:
—¿Te llamas Dorothy, querida?
—Sí —respondió la niña, alzando la mirada y secándose las lágrimas.
—Entonces debes ir a la Ciudad Esmeralda. Oz quizá pueda ayudarte.
—¿Dónde queda esa ciudad? —preguntó Dorothy.
—Está exactamente en el centro del país, y la gobierna Oz, el Gran Mago del que te he hablado.
—¿Es un hombre bueno? —quiso saber la niña, angustiada.
—Es un buen mago. No puedo decirte si es o no un hombre, pues nunca lo he visto.
—¿Cómo puedo llegar a ese sitio? —preguntó Dorothy.
—Debes caminar. Es un largo viaje, por un país a veces agradable y a veces oscuro y terrible. Sin embargo, yo usaré todas las artes mágicas que conozco para que nada te haga daño.
—¿No irás conmigo? —suplicó la niña, que había empezado a ver en la Bruja su única amiga.
—No, no lo puedo hacer —respondió la vieja—; pero te daré mi beso, y nadie lastimará a una persona que ha sido besada por la Bruja del Norte.
Se acercó a Dorothy y la besó con suavidad en la frente. Donde la tocaron los labios —Dorothy lo descubrió más tarde— quedó una marca redonda y brillante.
—El camino a la Ciudad Esmeralda está pavimentado con ladrillos amarillos —dijo la Bruja—, así que no podrás confundirte. Cuando llegues ante Oz, no temas, cuéntale tu historia y pídele ayuda. Adiós, querida.
Los tres munchkins le hicieron una profunda reverencia y le desearon un agradable viaje; luego se alejaron entre los árboles. La Bruja se despidió de Dorothy con una amistosa inclinación de cabeza, giró tres veces sobre el tacón izquierdo e instantáneamente desapareció, ante la sorpresa del pequeño Totó, que al no verla más se puso a ladrar con fuerza; en su presencia ni siquiera se había atrevido a gruñir.
Pero Dorothy, al saber que era una bruja, había esperado que desapareciera de ese modo, y no se sorprendió.
Cartel publicitario de El maravilloso Mago de Oz dibujado por William Wallace Denslow
Presentación
por Marcela Carranza
Publicado por primera vez en 1900, El Mago de Oz cumplió 110 años de existencia. Como sucede con muchos clásicos, lo que una gran mayoría de la gente conoce no es el texto escrito por su autor sino sus adaptaciones, especialmente las cinematográficas. Y no se trata aquí de rechazar este tipo de adaptaciones, el mismo Frank Baum se ocupó de fomentarlas y llevarlas a cabo, sino de dar cuenta de una situación. Si decimos “Pinocho” o “La Sirenita”, una amplia mayoría de adultos y de niños piensa en el simpático niño regordete o en la jovencita de rojiza cabellera de Walt Disney, o en el libro de poco texto y dibujos al estilo de los estudios ya mencionados. Es como si hubiera un vacío, algo que nos falta en una realidad donde los libros se producen y se descatalogan en forma masiva y vertiginosa. Cuando hablamos de los clásicos, entonces, no está nada mal el tomar relativa conciencia de que, en reglas generales, de ellos sabemos muy poco, y quizás nos perdemos lo mejor.
En el caso de El Mago de Oz, personalmente, conocí primero la bellísima película de la Metro-Goldwyn-Mayer protagonizada por Judy Garland (todo un clásico también) y debo reconocer que desconocía totalmente que Frank Baum llegó a escribir una serie de catorce libros del país de Oz. De los cuales tuve la fortuna de conseguir sólo cuatro.
Ilustración de W.W. Denslow para El Mago de Oz
El Espantapájaros que ambiciona un cerebro, el Leñador de Hojalata en busca de un corazón y el León Cobarde junto a la valerosa Dorothy son personajes sumamente ingeniosos, divertidos y poéticos. Paradojas, contradicciones, aventuras y humor inteligente recorren las páginas vividas por estos entrañables personajes. El Mago de Oz rompe con cualquier prejuicio acerca de la posible vejez de un texto escrito hace 110 años. Los niños del siglo XXI pueden leerlo y disfrutarlo plenamente. Y si no me creen, hagan la prueba.
Pero claro, para hacer la prueba primero hay que tener el texto a disposición, y es por esta razón que en Imaginaria decidimos, como ya lo hicimos con Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi, publicar la traducción de El Mago de Oz realizada por Marcial Souto; quien generosamente nos autorizó a hacerlo.
Nuestro deseo es que docentes, padres, y otros mediadores, puedan a través de Imaginaria acceder a El Mago de Oz de L. Frank Baum con las ilustraciones de su primera edición, las de William Wallace Denslow. La entrega será de dos capítulos por número de la revista y esperamos que disfruten de este clásico tanto como los niños.
Ilustración de W.W. Denslow para El Mago de Oz
El Mago de Oz
Por L. Frank Baum
Ilustraciones de William Wallace Denslow
Título original: The Wonderful Wizard of Oz
Traducción de Marcial Souto
© Marcial Souto, 2002, 2010
A mi buena amiga y camarada, mi mujer.
Introducción
El folclore, las leyendas, los mitos y los cuentos de hadas han acompañado la infancia a lo largo de los siglos, pues todo niño sano siente una edificante e instintiva atracción por las historias fantásticas, maravillosas y manifiestamente irreales. Las hadas aladas de Grimm y de Andersen han llevado más felicidad a los corazones infantiles que todas las demás creaciones humanas.
Sin embargo, el viejo cuento de hadas, que ha servido durante generaciones, podría ahora ser clasificado de “histórico” dentro de la biblioteca infantil, pues ha llegado la hora de una nueva serie de “cuentos de maravillas” donde ya no aparezcan los estereotipados genios, enanos y hadas, con todas las horripilantes peripecias inventadas por los autores para transformar cada relato en una espantosa moraleja. La educación moderna incluye la moral; por lo tanto, el niño moderno sólo busca entretenimiento en sus cuentos de maravillas y renuncia de buena gana a todos los detalles desagradables.
Con esa idea en mente, la historia del “maravilloso Mago de Oz” ha sido escrita sólo para dar placer a los niños de hoy. Aspira a ser un cuento de hadas modernizado, que conserva las maravillas y la alegría y prescinde de las angustias y las pesadillas.
L. Frank Baum
Chicago, abril de 1900
—000—
Capítulo 1
El ciclón
Dorothy vivía en medio de las grandes praderas de Kansas con tío Henry, que era granjero, y con tía Em, que era la mujer del granjero. Su casa era pequeña porque para construirla habían tenido que transportar la madera en una carreta desde una distancia de muchos kilómetros. Había cuatro paredes, un piso y un techo, que completaban una habitación; y en esa habitación había una oxidada cocina de hierro, una alacena para los platos, una mesa, tres o cuatro sillas y las camas. Tío Henry y tía Em tenían una grande en un rincón, y Dorothy tenía una pequeña en otro rincón. No había buhardilla ni sótano, sólo un agujero cavado en el suelo, llamado “el sótano de los ciclones”, donde podría refugiarse la familia si se levantara uno de esos potentes remolinos que se llevan las casas a su paso. Se entraba al agujero –un agujero pequeño y oscuro– por una trampa situada en el centro del piso, de la que descendía una escalera.
Cuando Dorothy salía a la puerta y miraba alrededor no veía otra cosa que la inmensa pradera gris. No había un solo árbol o casa que alterase la ancha llanura que se extendía hasta el borde del cielo en cualquier dirección. El sol había calcinado la tierra arada, que era ahora una masa gris surcada por pequeñas grietas. Ni siquiera la hierba era verde, pues el sol había quemado las puntas de las largas briznas hasta dejarlas del mismo color que todo lo demás. En otra época la casa había estado pintada, pero el sol y la lluvia se habían llevado esa pintura y ahora era tan deslucida y gris como el resto de la llanura.
Cuando tía Em fue a vivir a ese sitio era una mujer joven y bonita. A ella también la habían cambiado el viento y el sol. Le habían arrebatado el brillo de los ojos, que ahora eran de un gris apagado; le habían arrebatado el color de las mejillas y los labios, que también eran grises. Ahora era una mujer delgada que no sonreía nunca. Cuando Dorothy, que era huérfana, fue a vivir con ellos, tía Em se sobresaltaba tanto cada vez que llegaba a sus oídos la risa alegre de la niña que lanzaba un grito y se llevaba una mano al corazón; y todavía se maravillaba de que la niña encontrase cosas de que reírse.
Tío Henry no se reía nunca. Trabajaba duro de sol a sol y no conocía la alegría. Él también era gris, desde la larga barba hasta las toscas botas; tenía expresión severa y solemne y casi nunca hablaba.
Quien hacía reír a Dorothy y la salvaba de volverse tan gris como todos los que la rodeaban era Totó. Totó no era gris; era un perrito negro, de pelo largo y sedoso y pequeños ojos negros que centelleaban con alegría a ambos lados de la divertida y diminuta nariz. Totó jugaba todo el tiempo, y Dorothy jugaba con él y lo quería con pasión.
Pero ese día no jugaban. Tío Henry estaba sentado en el escalón de la puerta y miraba preocupado hacia el cielo, que era aún más gris que de costumbre. En la puerta, con Totó en brazos, Dorothy también miraba el cielo. Tía Em lavaba los platos.
Desde el lejano norte llegaba el gemido sordo del viento, y tío Henry y Dorothy veían cómo las largas hierbas se inclinaban en oleadas anunciando la llegada de la tormenta. De pronto el aire trajo un silbido agudo desde el sur y, al volverse, vieron que la hierba también se rizaba por ese lado.
Tío Henry se levantó.
—Em, viene un ciclón —dijo a su mujer—; voy a ocuparme del ganado.
Después corrió hacia los cobertizos donde tenían las vacas y los caballos.
Tía Em dejó lo que estaba haciendo y fue hasta la puerta. Le bastó con mirar una sola vez el cielo para darse cuenta del peligro que se acercaba.
—¡Rápido, Dorothy! —gritó—. ¡Corre al sótano!
Totó saltó de los brazos de Dorothy y se escondió debajo de la cama, y la niña corrió detrás de él. Tía Em, muy asustada, abrió la trampa del suelo y bajó por la escalera al agujero pequeño y oscuro. Dorothy logró por fin atrapar a Totó, y empezó a caminar hacia donde había ido su tía. Al llegar al centro del cuarto hubo un fuerte ruido y la casa se sacudió con tanta fuerza que Dorothy perdió el equilibrio y cayó sentada en el suelo.
Entonces ocurrió algo extraño.
La casa giró dos o tres veces sobre sí misma y se elevó lentamente en el aire. Dorothy se sintió como si anduviera en globo.
Los vientos del norte y del sur chocaban en el sitio donde estaba la casa, haciendo de ella el centro exacto del ciclón. En el centro de un ciclón el aire está por lo general en calma, pero la inmensa presión del viento sobre cada una de las paredes de la casa la fue alzando cada vez más hasta llevarla a la misma cima del ciclón; y allí siguió mientras era arrastrada kilómetros y kilómetros, como quien lleva una pluma.
Estaba muy oscuro, y el viento lanzaba unos aullidos horribles, pero Dorothy se sentía bastante cómoda. Después de los primeros remolinos, y del momento en que la casa se inclinó peligrosamente hacia un lado, sintió que la mecían con suavidad, como a un bebé en la cuna.
A Totó no le gustaba. Corría de un lado a otro en el cuarto, ladrando con fuerza; pero Dorothy estaba sentada en el suelo, muy quieta, esperando a ver qué pasaba.
En un momento Totó se acercó demasiado a la trampa abierta y cayó por ella. Al principio la niña pensó que lo había perdido, pero pronto vio que una de las orejas asomaba por el agujero, pues la presión del aire era tan fuerte que no lo dejaba caer. Dorothy gateó hasta el agujero, sujetó a Totó por la oreja y lo arrastró de vuelta a la habitación; luego cerró la trampa para que no hubiera más accidentes.
Pasaron las horas y poco a poco Dorothy fue perdiendo el miedo. Pero se sentía muy sola, y el viento aullaba a su alrededor con tanta fuerza que casi la ensordecía. Al principio había pensado que, cuando cayera la casa, ella se haría pedazos, pero como pasaban las horas y no sucedía nada terrible, dejó de preocuparse y decidió esperar con calma a ver qué le deparaba el futuro. Por fin se arrastró sobre el suelo movedizo, subió a la cama y se tendió en ella; y Totó la siguió y se tendió a su lado.
A pesar de que la casa se movía y de que el viento rugía, Dorothy cerró los ojos y se quedó profundamente dormida.
—000—
Capítulo 2
La reunión con los munchkins
La despertó un golpe tan fuerte que, si no hubiera estado acostada en la cama blanda, se podría haber lastimado. Dorothy contuvo la respiración y se preguntó qué había pasado. Totó le apoyó en la cara la pequeña y fría nariz y gimió, asustado. Dorothy se incorporó y notó que la casa no se movía; tampoco estaba oscuro, pues el sol entraba por la ventana, inundando la pequeña habitación. Se levantó de un salto y, con Totó pegado a los talones, corrió a abrir la puerta.
La niña lanzó un grito de asombro y miró alrededor. Los ojos se le agrandaron al ver aquellas maravillosas imágenes.
El ciclón había depositado la casa con mucha suavidad —para un ciclón— en el centro de un país de asombrosa belleza. Por todas partes había exquisitos retazos de césped verde, con majestuosos árboles cargados de apetitosos frutos. Había magníficos canteros de flores y pájaros de extraño y vistoso plumaje que cantaban y aleteaban en los árboles y en los matorrales. Un poco más lejos corría un arroyo entre el verde, murmurando con una voz muy agradable para una niña que había vivido tanto tiempo entre secas y grises praderas.
Mientras miraba asombrada el sorprendente y hermoso paisaje, notó que se le acercaba un grupo de personas, las personas más extrañas que había visto en su vida. No eran tan grandes como las personas mayores que estaba acostumbrada a tratar, pero tampoco eran muy pequeñas. En realidad aparentaban el tamaño de Dorothy, que era una niña crecida para su edad, aunque por su aspecto tenían muchos más años que ella.
Eran tres hombres y una mujer, y todos iban vestidos de un modo raro. Llevaban sombreros redondos que terminaban en una punta afilada, treinta centímetros por encima de la cabeza, y de los bordes de esos sombreros colgaban unos cascabeles pequeños que, con cada movimiento, producían un dulce tintineo. Los sombreros de los hombres eran azules; el sombrero de la mujercita era blanco. Ella llevaba, además, un vestido blanco que le caía en pliegues desde los hombros; ese vestido estaba salpicado de pequeñas estrellas que centelleaban al sol como diamantes. Los hombres estaban vestidos de azul en el mismo tono de los sombreros, y llevaban botas muy bien lustradas con rayas azules en las puntas. Los hombres, pensó Dorothy, debían de ser de la edad de tío Henry, pues dos de ellos lucían barba. Pero la mujercita era sin duda mucho más vieja: tenía el rostro cubierto de arrugas, y su pelo era casi blanco y caminaba con cierta rigidez.
Al llegar cerca de la casa en cuya puerta esperaba Dorothy, esas personas se detuvieron e intercambiaron unos susurros, como si temieran seguir avanzando. Pero la viejecita caminó hasta donde estaba Dorothy y se inclinó con una profunda reverencia.
—Bienvenida, noble Hechicera —dijo con voz dulce—, al País de los Munchkins. Te agradecemos mucho que hayas matado a la Bruja Mala del Este, y que hayas liberado a nuestro pueblo.
Dorothy escuchó esas palabras con sorpresa. ¿A qué se referiría esa mujercita al llamarla hechicera y decirle que había matado a la Bruja Mala del Este? Dorothy era una niña inocente e inofensiva, a quien un ciclón había llevado muy lejos; y nunca, en toda su vida, había matado una mosca.
Pero era evidente que la mujercita esperaba una respuesta.
—Eres muy amable —dijo Dorothy con voz vacilante—, pero debe de haber algún error. Yo no he matado nada.
—Bueno, lo hizo tu casa —respondió la viejecita con una carcajada—, y en el fondo es lo mismo. ¡Mira! —dijo, señalando la esquina de la casa—; allí están los dos pies, asomando todavía por debajo del tronco.
Dorothy miró y lanzó un pequeño grito de terror. Efectivamente, por debajo de la madera que sostenía el peso de la casa, asomaban dos pies enfundados en zapatos de plata terminados en punta.
—¡Dios mío! ¡Dios mío! —gritó Dorothy, apretándose las manos, aterrada—, la casa debe de haberle caído encima. ¿Qué podemos hacer?
—Nada podemos hacer —dijo la mujercita con voz calma.
—Pero ¿quién era? —preguntó Dorothy.
—Era la Bruja Mala del Este, como ya dije —respondió la viejecita—. Ha tenido a todos los munchkins en cautiverio durante muchos años, haciendo que la sirvieran como esclavos día y noche. Ahora todos son libres y te están agradecidos por el favor.
—¿Quiénes son los munchkins? —inquirió Dorothy.
—Es la gente que vive en esta tierra del Este, donde reinaba la Bruja Mala.
—¿Tú eres una munchkin? —preguntó Dorothy.
—No, pero soy amiga de ellos, aunque vivo en la tierra del Norte. Cuando vieron que la Bruja del Este estaba muerta, los munchkins me enviaron un veloz mensajero, y yo acudí enseguida. Soy la Bruja del Norte.
—¿De veras? —exclamó Dorothy—. ¿Eres una bruja de verdad?
—Claro que sí —le respondió la mujercita—. Pero soy una bruja buena, y la gente me quiere. No soy tan poderosa como la Bruja Mala que reinaba aquí; de lo contrario, yo misma habría liberado a este pueblo.
—Pero yo pensaba que todas las brujas eran malas —dijo la niña, que se sentía un poco asustada ante una bruja de verdad.
—Ah, no; eso es un gran error. Hay sólo cuatro brujas en todo el País de Oz, y dos de ellas, las que viven en el Norte y en el Sur, son brujas buenas. Sé que es verdad, porque yo soy una de ellas y no me puedo equivocar. Las que vivían en el Este y el Oeste eran verdaderamente malas, pero ahora que has matado a una, sólo queda una Bruja Mala en todo el País de Oz: la que vive en el Oeste.
—Pero —dijo Dorothy, después de pensarlo un momento—, tía Em me ha dicho que todas las brujas murieron… hace muchos, muchos años.
—¿Quién es tía Em? —quiso saber la viejecita.
—Es mi tía, que vive en Kansas, el sitio de donde he venido.
La Bruja del Norte hizo como si pensara un momento, la cabeza ladeada y mirando el suelo. Luego alzó la mirada y dijo:
—No sé dónde está Kansas, porque nunca he oído hablar de ese país. Dime, ¿es un país civilizado?
—Claro que sí —respondió Dorothy.
—Eso lo explica todo. Tengo entendido que no quedan brujas en los países civilizados; ni magos ni hechiceros. Pero el País de Oz nunca ha sido civilizado, pues estamos aislados del resto del mundo. Por lo tanto hay todavía entre nosotros brujas y magos.
—¿Quiénes son los magos? —preguntó Dorothy.
—El propio Oz es el Gran Mago —respondió la Bruja en un susurro—. Es más poderoso que todos los demás juntos. Vive en la Ciudad Esmeralda.
Dorothy iba a hacer otra pregunta, pero en ese instante los munchkins, que habían permanecido callados, lanzaron un potente grito y señalaron la esquina de la casa que había aplastado a la Bruja Mala.
—¿Qué pasa? —preguntó la viejecita. Miró hacia la casa y se echó a reír. Los pies de la Bruja muerta habían desaparecido por completo, y sólo quedaban los zapatos de plata.
—Era tan vieja —explicó la Bruja del Norte— que se secó rápidamente al sol. Ya no queda nada. Pero los zapatos son tuyos y podrás usarlos.
Se inclinó y recogió los zapatos, y después de sacudirlos para sacarles el polvo se los entregó a Dorothy.
—La Bruja del Este estaba orgullosa de esos zapatos de plata —dijo uno de los munchkins—, y hay en ellos un cierto poder mágico, aunque nunca supimos en qué consistía.
Dorothy llevó los zapatos dentro de la casa y los puso sobre la mesa. Luego volvió afuera, junto a los munchkins, y dijo:
—Estoy ansiosa por regresar junto a mi tía y a mi tío, porque seguramente se estarán preocupando. ¿Me podéis ayudar a encontrar el camino a Kansas?
Los munchkins y la Bruja se miraron primero unos a otros, y después a Dorothy y finalmente sacudieron la cabeza.
—Al este, no lejos de aquí —dijo uno—, hay un gran desierto, y nadie alcanzaría a cruzarlo.
—Lo mismo ocurre al sur —dijo otro—, pues yo he estado allí y lo he visto. El sur es el País de los Quadlings.
—Me han dicho —intervino el tercer hombre— que lo mismo pasa en el oeste. Y ese país, donde viven los winkies, está gobernado por la Bruja Mala del Oeste, que te convertiría en su esclava si pasaras por su tierra.
—El norte es mi hogar —dijo la vieja—, y en su extremo aparece el mismo gran desierto que rodea este País de Oz. Mucho me temo, querida, que tendrás que vivir con nosotros.
Dorothy comenzó a sollozar; se sentía muy sola entre todas esas personas extrañas. Sus lágrimas parecieron ablandar también a los bonachones munchkins, que enseguida sacaron los pañuelos y rompieron a llorar. La viejecita, en cambio, se quitó el gorro y apoyó el pico en la punta de la nariz, haciendo equilibrio, mientras cantaba “uno, dos, tres” con voz solemne. De pronto el gorro se transformó en una pizarra, en la que se leía, escrito con tiza en grandes caracteres:
“QUE DOROTHY VAYA A LA CIUDAD ESMERALDA”
La viejecita sacó la pizarra de la nariz y, después de leer las palabras escritas, preguntó:
—¿Te llamas Dorothy, querida?
—Sí —respondió la niña, alzando la mirada y secándose las lágrimas.
—Entonces debes ir a la Ciudad Esmeralda. Oz quizá pueda ayudarte.
—¿Dónde queda esa ciudad? —preguntó Dorothy.
—Está exactamente en el centro del país, y la gobierna Oz, el Gran Mago del que te he hablado.
—¿Es un hombre bueno? —quiso saber la niña, angustiada.
—Es un buen mago. No puedo decirte si es o no un hombre, pues nunca lo he visto.
—¿Cómo puedo llegar a ese sitio? —preguntó Dorothy.
—Debes caminar. Es un largo viaje, por un país a veces agradable y a veces oscuro y terrible. Sin embargo, yo usaré todas las artes mágicas que conozco para que nada te haga daño.
—¿No irás conmigo? —suplicó la niña, que había empezado a ver en la Bruja su única amiga.
—No, no lo puedo hacer —respondió la vieja—; pero te daré mi beso, y nadie lastimará a una persona que ha sido besada por la Bruja del Norte.
Se acercó a Dorothy y la besó con suavidad en la frente. Donde la tocaron los labios —Dorothy lo descubrió más tarde— quedó una marca redonda y brillante.
—El camino a la Ciudad Esmeralda está pavimentado con ladrillos amarillos —dijo la Bruja—, así que no podrás confundirte. Cuando llegues ante Oz, no temas, cuéntale tu historia y pídele ayuda. Adiós, querida.
Los tres munchkins le hicieron una profunda reverencia y le desearon un agradable viaje; luego se alejaron entre los árboles. La Bruja se despidió de Dorothy con una amistosa inclinación de cabeza, giró tres veces sobre el tacón izquierdo e instantáneamente desapareció, ante la sorpresa del pequeño Totó, que al no verla más se puso a ladrar con fuerza; en su presencia ni siquiera se había atrevido a gruñir.
Pero Dorothy, al saber que era una bruja, había esperado que desapareciera de ese modo, y no se sorprendió.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
BIENVENIDOS AL DEFINITIVO 2010-2011
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Biblioteca,
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domingo, 12 de septiembre de 2010
jueves, 9 de septiembre de 2010
miércoles, 30 de junio de 2010
MUCHAS BIBLIOTECAS
Archivo, Biblioteca y Hemeroteca (Zaragoza): http://ebro.unizar.es/azar/ayto/archivo/archivo.htm
Ayuntamiento de Barcelona: http://www.bcn.es/bibliotecageneral/
Ayuntamiento de Cartagena: http://www.3000info.es/cheiron/Servicio.htm
Biblioteca Angel Guimerá: http://www.culturamatadepera.es/tbguimee.htm
Biblioteca Comtat de Cerdanya: http://ter.ddgi.es/bibpuig/
Biblioteca de Cataluña http://www.gencat.es/bc/
Biblioteca de Menéndez Pelayo: http://www.unican.es/bibmp/bmp.htm
Biblioteca Foral (Bizkaia): http://www.bizkaia.net/bizkaia/Castellano/Diputacion_Fora
l/Cultura/Biblioteca/ca_bibli.htm
Biblioteca Histórica, Arxiu Municipal Vila-real: http://www.geocities.com/Paris/5419/Textos_c.html
Biblioteca Koldo Michelena: http://www.gipuzkoa.net/Koldo-Mitxelena/01.htm
Biblioteca Municipal de Alzira: http://www.gva.es/alzira/BIBLIO~1.html
Biblioteca Municipal de Córdoba: http://www.ayuncordoba.es/ayunta/html/bib.htm
Biblioteca Municipal de Jerez de la Frontera: http://www.arrakis.es/~biblimje/
Biblioteca Municipal de Jumilla: http://www.um.es/~gtiweb/hipertexto/
Biblioteca Municipal de Móstoles: http://members.xoom.com/biblio/home.htm
Biblioteca Municipal de Segorbe: http://www.arrakis.es/~ccsegorb/pagina_entera_biblioteca
.htm
Biblioteca Provincial (Zaragoza): http://ebro.unizar.es/dpz/ofecultu/biblioteca/_biblio.htm
Biblioteca Pública Arús: http://www.wsite.es/arus
Biblioteca Pública Aurizberri-Espinal: http://www.ctv.es/USERS/herrilib/
Biblioteca Pública de Ansoain: http://www.interbook.es/personal/ansoainbib/biblio.htm
Biblioteca Pública de Caudete: http://www.ctv.es/USERS/bibliotecacaudet/home.htm
Biblioteca Pública de Girona: http://www.ddgi.es/slpgi/
Biblioteca Pública de La Eliana: http://www.bemarnet.es/elianet/educacion/biblioteca.html
Biblioteca Pública de Las Palmas de Gran
Canaria:
http://www.culturacanaria.com/bibarchi/biblio/ficha.htm
Biblioteca Pública de Santa Cruz de Tenerife: http://www.culturacanaria.com/bibarchi/biblotf/ficha.htm
Biblioteca Pública del Estado (Granada): http://bpgr.sba.junta-andalucia.es/abgranada.htm
Biblioteca Pública del Estado (Huelva): http://www.sba.junta-andalucia.es/huelva/index.htm
Biblioteca Pública del Estado (Tarragona): http://www.biblio.fut.es/
Biblioteca Pública del Estado (Valencia): http://www.gva.es/bpv/
Biblioteca Pública del Estado (Valladolid): http://bpval.bcl.jcyl.es/
Biblioteca Pública Municipal de Lorca: http://www.lorca.net/biblioteca/biblioteca.htm
Biblioteca Pública Municipal de Motril: http://www.radiovision.es/biblio.htm
Biblioteca Pública Municipal de Ponferrada: http://www.airbierzo.com/ponferrada/biblio.htm
Biblioteca Pública Municipal de San Agustín
del Guadalix:
http://gema.comadrid.es/gema/activo/internet/ayto129/dat
osmun/equipami/cultura/cultu000.htm
Biblioteca Pública Municipal de Zamora: http://www.interbook.net/personal/biblioza97/index.htm
Biblioteca Pública Provincial (Santa Cruz de
Tenerife):
http://www.culturacanaria.com/bibarchi/biblotf/general.htm
Bibliotecas de Andalucía: http://www.sba.juntaandalucia.
es/Biblioteca_de_Andalucia/Directorio/directorio
.htm
Bibliotecas de Barcelona: http://www.bcn.es/icub/biblioteques/castellano/info_fr.html
Bibliotecas de Bizkaia: http://www.bizkaia.net/Bizkaia/Castellano/Informacion_ge
neral/Cultura/C2BIBLIO.HTM
Bibliotecas de Castilla y León: http://www.bcl.jcyl.es/BiblioCyL/BiblioPral.html
Bibliotecas de La Rioja: http://www.bcr.calarioja.es/centros.htm
Bibliotecas de L'Hospitalet: http://www.lh.
es/cgis/cdirec.exe?0430200002&&&&&&+EDUCACIO&I
Publicado en: Educación y Biblioteca, n. 106: Internet: una herramienta bibliotecaria, noviembre 1999, p. 48-54
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&CULTURA&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&+11
Bibliotecas de Lleida: http://www.paeria.es/iesp/biblio.htm
Bibliotecas de Sabadell: http://www.ajsabadell.es/ca/educicult/biblioteques/getfram
es.asp?biblipr.htm
Bibliotecas Diputació de Barcelona: http://www.diba.es/biblioteques/inici.htm
Bibliotecas Municipales (León): http://www.ctv.es/USERS/fsanta/listado.htm
Bibliotecas Municipales (Sabadell): http://www.ajsabadell.es/ca/educicult/biblioteques/inici.ht
m
Bibliotecas Públicas del Alto Palencia: http://www.arrakis.es/~ccsegorb/bibliotecas_públicas_del_
alto_pa.htm
Bibliotecas Públicas del Estado: http://www.mcu.es/bpe/bpe.html
Bibliotecas Públicas Municipales (Zaragoza): http://ebro.unizar.es/azar/ayto/biblio/biblio.htm
Bibliotecas, archivos y hemerotecas
(Madrid):
http://195.76.84.2/ayuntamiento/html/bibl.html
Bibliotecas, Fonotecas Videotecas de
Salamanca
http://www.dipsanet.es/apli/apl_reculsa/
Caixa de Sabadell: http://www.caixasabadell.org/obrasocial/redir.cgi?dir=bibli
oteques
Cajaduero: http://www.cajasalamancasoria.es/bibliot.htm
Fundación Germán Sánchez Ruipérez: http://www.fundaciongsr.es/
Grupo La Purísima (Murcia): http://gs-asde.scouts-es.org/gs87/Biblioteca/bilbioteca.htm
Instituto Cervantes: http://www.cervantes.es/internet/biblioteca/mar_biblio.htm
Mapa Cultural (Comunidad Valenciana): http://aras.arq.upv.es/
REBECA: http://www.mcu.es/REBECA/
Sistema Bibliotecari de Catalunya: http://cultura.gencat.es/biblio/index.htm
Sistema Bibliotecario de Andalucía: http://www.sba.junta-andalucia.es/
Tomado de la página web de J. A. Merlo: Bibliotecas españolas y... de todo el mundo. Disponible en:
http://exlibris.usal.es/bibesp/index.htm (consultada el 15-20 de octubre de 1999)
Ayuntamiento de Barcelona: http://www.bcn.es/bibliotecageneral/
Ayuntamiento de Cartagena: http://www.3000info.es/cheiron/Servicio.htm
Biblioteca Angel Guimerá: http://www.culturamatadepera.es/tbguimee.htm
Biblioteca Comtat de Cerdanya: http://ter.ddgi.es/bibpuig/
Biblioteca de Cataluña http://www.gencat.es/bc/
Biblioteca de Menéndez Pelayo: http://www.unican.es/bibmp/bmp.htm
Biblioteca Foral (Bizkaia): http://www.bizkaia.net/bizkaia/Castellano/Diputacion_Fora
l/Cultura/Biblioteca/ca_bibli.htm
Biblioteca Histórica, Arxiu Municipal Vila-real: http://www.geocities.com/Paris/5419/Textos_c.html
Biblioteca Koldo Michelena: http://www.gipuzkoa.net/Koldo-Mitxelena/01.htm
Biblioteca Municipal de Alzira: http://www.gva.es/alzira/BIBLIO~1.html
Biblioteca Municipal de Córdoba: http://www.ayuncordoba.es/ayunta/html/bib.htm
Biblioteca Municipal de Jerez de la Frontera: http://www.arrakis.es/~biblimje/
Biblioteca Municipal de Jumilla: http://www.um.es/~gtiweb/hipertexto/
Biblioteca Municipal de Móstoles: http://members.xoom.com/biblio/home.htm
Biblioteca Municipal de Segorbe: http://www.arrakis.es/~ccsegorb/pagina_entera_biblioteca
.htm
Biblioteca Provincial (Zaragoza): http://ebro.unizar.es/dpz/ofecultu/biblioteca/_biblio.htm
Biblioteca Pública Arús: http://www.wsite.es/arus
Biblioteca Pública Aurizberri-Espinal: http://www.ctv.es/USERS/herrilib/
Biblioteca Pública de Ansoain: http://www.interbook.es/personal/ansoainbib/biblio.htm
Biblioteca Pública de Caudete: http://www.ctv.es/USERS/bibliotecacaudet/home.htm
Biblioteca Pública de Girona: http://www.ddgi.es/slpgi/
Biblioteca Pública de La Eliana: http://www.bemarnet.es/elianet/educacion/biblioteca.html
Biblioteca Pública de Las Palmas de Gran
Canaria:
http://www.culturacanaria.com/bibarchi/biblio/ficha.htm
Biblioteca Pública de Santa Cruz de Tenerife: http://www.culturacanaria.com/bibarchi/biblotf/ficha.htm
Biblioteca Pública del Estado (Granada): http://bpgr.sba.junta-andalucia.es/abgranada.htm
Biblioteca Pública del Estado (Huelva): http://www.sba.junta-andalucia.es/huelva/index.htm
Biblioteca Pública del Estado (Tarragona): http://www.biblio.fut.es/
Biblioteca Pública del Estado (Valencia): http://www.gva.es/bpv/
Biblioteca Pública del Estado (Valladolid): http://bpval.bcl.jcyl.es/
Biblioteca Pública Municipal de Lorca: http://www.lorca.net/biblioteca/biblioteca.htm
Biblioteca Pública Municipal de Motril: http://www.radiovision.es/biblio.htm
Biblioteca Pública Municipal de Ponferrada: http://www.airbierzo.com/ponferrada/biblio.htm
Biblioteca Pública Municipal de San Agustín
del Guadalix:
http://gema.comadrid.es/gema/activo/internet/ayto129/dat
osmun/equipami/cultura/cultu000.htm
Biblioteca Pública Municipal de Zamora: http://www.interbook.net/personal/biblioza97/index.htm
Biblioteca Pública Provincial (Santa Cruz de
Tenerife):
http://www.culturacanaria.com/bibarchi/biblotf/general.htm
Bibliotecas de Andalucía: http://www.sba.juntaandalucia.
es/Biblioteca_de_Andalucia/Directorio/directorio
.htm
Bibliotecas de Barcelona: http://www.bcn.es/icub/biblioteques/castellano/info_fr.html
Bibliotecas de Bizkaia: http://www.bizkaia.net/Bizkaia/Castellano/Informacion_ge
neral/Cultura/C2BIBLIO.HTM
Bibliotecas de Castilla y León: http://www.bcl.jcyl.es/BiblioCyL/BiblioPral.html
Bibliotecas de La Rioja: http://www.bcr.calarioja.es/centros.htm
Bibliotecas de L'Hospitalet: http://www.lh.
es/cgis/cdirec.exe?0430200002&&&&&&+EDUCACIO&I
Publicado en: Educación y Biblioteca, n. 106: Internet: una herramienta bibliotecaria, noviembre 1999, p. 48-54
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Bibliotecas de Lleida: http://www.paeria.es/iesp/biblio.htm
Bibliotecas de Sabadell: http://www.ajsabadell.es/ca/educicult/biblioteques/getfram
es.asp?biblipr.htm
Bibliotecas Diputació de Barcelona: http://www.diba.es/biblioteques/inici.htm
Bibliotecas Municipales (León): http://www.ctv.es/USERS/fsanta/listado.htm
Bibliotecas Municipales (Sabadell): http://www.ajsabadell.es/ca/educicult/biblioteques/inici.ht
m
Bibliotecas Públicas del Alto Palencia: http://www.arrakis.es/~ccsegorb/bibliotecas_públicas_del_
alto_pa.htm
Bibliotecas Públicas del Estado: http://www.mcu.es/bpe/bpe.html
Bibliotecas Públicas Municipales (Zaragoza): http://ebro.unizar.es/azar/ayto/biblio/biblio.htm
Bibliotecas, archivos y hemerotecas
(Madrid):
http://195.76.84.2/ayuntamiento/html/bibl.html
Bibliotecas, Fonotecas Videotecas de
Salamanca
http://www.dipsanet.es/apli/apl_reculsa/
Caixa de Sabadell: http://www.caixasabadell.org/obrasocial/redir.cgi?dir=bibli
oteques
Cajaduero: http://www.cajasalamancasoria.es/bibliot.htm
Fundación Germán Sánchez Ruipérez: http://www.fundaciongsr.es/
Grupo La Purísima (Murcia): http://gs-asde.scouts-es.org/gs87/Biblioteca/bilbioteca.htm
Instituto Cervantes: http://www.cervantes.es/internet/biblioteca/mar_biblio.htm
Mapa Cultural (Comunidad Valenciana): http://aras.arq.upv.es/
REBECA: http://www.mcu.es/REBECA/
Sistema Bibliotecari de Catalunya: http://cultura.gencat.es/biblio/index.htm
Sistema Bibliotecario de Andalucía: http://www.sba.junta-andalucia.es/
Tomado de la página web de J. A. Merlo: Bibliotecas españolas y... de todo el mundo. Disponible en:
http://exlibris.usal.es/bibesp/index.htm (consultada el 15-20 de octubre de 1999)
martes, 29 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
Cómo ayudar a su hijo a aprender a leer UNA GUÍA PARA PADRES DE FAMILIA DEL PREESCOLAR AL TERCER GRADO
La Lectura es lo Primero
Cuando los niños leen bien en los primeros grados, es más probable que aumenten su
capacidad de aprendizaje durante y aun después de los años escolares.
Aprender a leer es una tarea difícil para los niños. Afortunadamente, investigaciones recientes indican
cómo podemos ofrecer a cada niño un buen comienzo con la lectura.
El aprender a leer bien implica el desarrollo de habilidades importantes, entre las cuales están:
● usar el idioma en conversación
● escuchar y responder a las historias que se leen en voz alta
● reconocer y nombrar las letras del alfabeto
● escuchar los sonidos de la lengua hablada
● conectar los sonidos a las letras para descifrar el “código” de la lectura
● leer a menudo de tal manera que los sonidos se reconozcan fácil y
automáticamente
● aprender y usar nuevas palabras
● comprender lo que se ha leído
Los maestros de preescolar y kindergarten preparan el camino para que su hijo aprenda a leer, usando
desde el comienzo ciertas habilidades necesarias. Los maestros de primero, segundo y tercer grado
tienen la tarea de desarrollar las destrezas que los niños van a utilizar todos los días por el resto de sus
vidas. Como padre de familia, usted puede ayudar a su hijo, entendiendo lo que los maestros le están
enseñando e informándose acerca del progreso de su hijo y del programa de lectura que se está
llevando a cabo en la clase.
Usted también puede ayudar a su hijo a convertirse en un buen lector. Aprender a leer requiere mucha
práctica,mucha más práctica de la que los niños tienen durante el día en la escuela. Este folleto describe
cómo debe ser un buen programa de lectura en la escuela y cómo usted puede apoyar este programa
por medio de las actividades que lleva a cabo con sus hijos.
El éxito escolar comienza con la lectura
Aprender a leer y a escribir en inglés es una de las destrezas más
importantes que su niño va a adquirir en la escuela. No importa si
usted habla inglés o español o ambos idiomas, gran parte del
aprendizaje de la lectura puede llevarse a cabo en el hogar. Las
actividades incluidas en este folleto fueron diseñadas para que
todos los padres de familia ayuden a sus hijos en el hogar.
Estas ideas prácticas son el resultado de investigaciones que
indican la manera en que los padres de familia y los maestros les
pueden ayudar a los niños a aprender a leer. Lo invitamos a que
participe activamente en la educación de su hijo y haga estos
ejercicios de lectura en el hogar.
En la escuela usted debe ver que los profesores…
●Enseñen los sonidos del idioma. Los maestros ofrecen a los niños la oportunidad de
practicar los sonidos que componen las palabras. Los niños aprenden a agrupar los sonidos
para componer palabras y a separar las palabras en cada uno de los sonidos.
●Enseñen las letras del alfabeto. Los maestros les ayudan a los niños a reconocer el nombre
y la forma de cada una de las letras.
●Ayuden a los niños a aprender y a utilizar palabras nuevas.
●Lean a los niños todos los días. Los maestros leen con expresividad y hablan con los niños
sobre lo que están leyendo.
Usted puede ayudar en el hogar…
● Practicando los sonidos de la lengua.
Lea libros de versos y rimas. Enseñe a sus
hijos rimas, poemas cortos y canciones.
Haga juegos de palabras fáciles, como
¿Cuántas palabras puedes formar que
suenen como la palabra “bat”?
● Ayudándole a su hijo a separar
los sonidos que forman las palabras
oralmente y luego a unirlos de
nuevo. Ayude a su hijo a separar los
sonidos de las palabras, a escuchar los
sonidos del comienzo y del final y a
agrupar los sonidos que ha separado.
● Practicando el alfabeto,
señalando las letras donde las vea
y leyendo libros que enseñen el
alfabeto.
Si su hijo apenas está
empezando a aprender a leer
En la escuela usted debe ver que los profesores…
●Enseñen la fónetica sistemáticamente señalando cómo están relacionados los sonidos
y las letras.
●Ofrezcan a los niños la oportunidad de practicar la relación entre la letra y el sonido
que están aprendiendo. Los niños deben tener la oportunidad de practicar los sonidos y las
letras leyendo libros fáciles que utilicen palabras con la relación entre letra y sonido que están
aprendiendo.
●Ayuden a los niños a escribir las relaciones entre letra y sonido que saben, usándolas
en palabras, frases, mensajes y en sus propios relatos.
●Muestren a los niños diferentes maneras de pensar sobre lo que están leyendo y de
entender el contenido. Los maestros
deben hacerles preguntas a los niños para
mostrarles las diferentes formas de
comprender el significado de lo que
están leyendo.
Usted puede ayudar en
el hogar…
●Señalando la relación entre
letra y sonido que su hijo
está aprendiendo cuando
la vea en etiquetas, cajas,
periódicos, revistas y
letreros.
●Escuchando a su hijo leer
las palabras y los libros
que trae de la ecuela.
Sea paciente y escuche
mientras su hijo practica.
Demuéstrele lo orgulloso
que está de su progreso en la lectura.
Si su hijo apenas está
empezando a leer
En la escuela usted debe ver que los profesores…
●Continúen enseñando la relación letra-sonido a los niños que necesiten más práctica.
Los niños necesitan un promedio de dos años de instrucción para aprender la relación
letra-sonido y para aprender a deletrear y a leer bien.
●Enseñen el significado de las palabras, especialmente las palabras que son importantes
para entender un libro.
●Enseñen diferentes maneras de aprender el significado de nuevas palabras. Puesto que
los maestros no pueden enseñar a los estudiantes el significado de todas las palabras que ellos
ven o leen, se les debe enseñar a usar el diccionario para aclarar el significado de las palabras.
Se les debe enseñar a utilizar las palabras conocidas y las partes de una palabra para deducir
el significado de otras y a utilizar el contexto de la oración para deducir el significado de una
palabra.
●Ayuden a los niños a entender lo que ellos están leyendo. Los niños que saben leer bien
piensan mientras leen y saben si lo que están leyendo tiene sentido. Los maestros les ayudan a
los estudiantes a comprobar si entienden lo que están leyendo. Cuando los niños tienen alguna
dificultad, el profesor les enseña las maneras de averiguar el significado de lo que están leyendo.
Usted puede ayudar en el hogar…
●Leyendo varias veces los libros conocidos. Los niños necesitan practicar la lectura con
comodidad y deben leer con expresión los libros que ya conocen.
●Fomentando la precisión de la lectura. Mientras su hijo lee en voz alta, señálele las palabras
mal leídas y ayúdele a leerlas correctamente. Si usted interrumpe la lectura para concentrarse
en una palabra, haga que su hijo lea nuevamente toda la oración para asegurarse de que
entiende el significado de lo que lee.
●Mejorando la comprensión de la lectura. Hable con su hijo acerca de lo que está leyendo.
Hágale preguntas sobre las palabras nuevas y sobre lo que ha pasado en el cuento. Hágale
preguntas sobre los personajes, lugares y acontecimientos. Pregúntele qué aprendió en el libro
que acaba de leer. Anime a su hijo a que lea por su propia cuenta.
Si su hijo ya sabe leer
● Converse con su hijo durante las comidas y en otros
ratos que estén juntos. Los niños aprenden palabras
más fácilmente cuando las oyen frecuentemente. Aproveche
toda oportunidad para presentarle palabras nuevas e
interesantes.
● Lean juntos todos los días. Dedique tiempo para contar
cuentos, hablar de fotografías y aprender palabras.
● Sea el mejor defensor de su hijo. Manténgase informado
sobre el progreso de su hijo en la lectura. Pregúntele al
maestro en qué forma puede usted ayudar a su hijo.
● Conviértase en lector y escritor. Los niños aprenden las
costumbres de las personas que los rodean.
● Vaya a la biblioteca con frecuencia. La biblioteca tiene
actividades para toda la familia, como por ejemplo, lectura de
cuentos, servicio de computadoras, ayuda con las tareas y otros
eventos para el disfrute de toda la familia.
Convierta la
lectura en una
actividad de
cada día
La lectura es lo primero
Cómo ayudar a su niño a aprender a leer
Consorcio para la Lectura
Este folleto fue publicado por el Consorcio para la Lectura (The Partnership for Reading), con la
colaboración de El Instituto Nacional de Alfabetización (NIFL siglas en inglés), el Instituto Nacional de Salud
Infantil y Desarrollo Humano (NICHD siglas en inglés), el Departamento de Educación de los Estados
Unidos, y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos con el objetivo de ofrecer
las investigaciones sobre la lectura a la disposición de educadores, padres de familia, legisladores y otros
interesados en ayudar a las personas a leer bien.
La Corporación de Investigación RMC (RMC Research Corporation) desarrolló este folleto con fondos
provenientes del Instituto Nacional de Alfabetización bajo el contrato número ED-00-CO-0093. Los
comentarios y las conclusiones no necesariamente representan el punto de vista o la política del NIFL,
NICHD, o del Departamento de Educación y tampoco se debe suponer el endoso del gobierno federal.
www. El Instituto Nacional de Alfabetización
El Instituto Nacional de Alfabetización es una organización federal independiente que apoya el desarrollo de
servicios de alfabetización de alta calidad a nivel estatal, regional y nacional para que todos los americanos
puedan desarrollar las destrezas necesarias para el éxito en el trabajo, en el hogar y en la comunidad. El
Instituto Nacional de Alfabetización administra el Consorcio para la Lectura y otros programas que
promueven la alfabetización de niños y adultos. Para más información sobre el NIFL y la lectura, visite la red
www.nifl.gov.
Para recibir una copia del reporte Teaching Children to Read (disponible solamente en inglés) preparado por
el Panel Nacional de Lectura (National Reading Panel), que sirvió de base para la información incluida en este
folleto, visite la red www.nationalreadingpanel.org.
Para obtener copias adicionales de este folleto, comuníquese con el Instituto Nacional de Alfabetización a la
dirección: ED Pubs, PO Box 1398, Jessup, MD 20794-1398;Teléfono: 1-800-228-8813. Fax: (301) 470-1244.
Correo electrónico: edpubs@inet.ed.gov. También puede tener acceso al documento en la red
nifl.gov.
Cuando los niños leen bien en los primeros grados, es más probable que aumenten su
capacidad de aprendizaje durante y aun después de los años escolares.
Aprender a leer es una tarea difícil para los niños. Afortunadamente, investigaciones recientes indican
cómo podemos ofrecer a cada niño un buen comienzo con la lectura.
El aprender a leer bien implica el desarrollo de habilidades importantes, entre las cuales están:
● usar el idioma en conversación
● escuchar y responder a las historias que se leen en voz alta
● reconocer y nombrar las letras del alfabeto
● escuchar los sonidos de la lengua hablada
● conectar los sonidos a las letras para descifrar el “código” de la lectura
● leer a menudo de tal manera que los sonidos se reconozcan fácil y
automáticamente
● aprender y usar nuevas palabras
● comprender lo que se ha leído
Los maestros de preescolar y kindergarten preparan el camino para que su hijo aprenda a leer, usando
desde el comienzo ciertas habilidades necesarias. Los maestros de primero, segundo y tercer grado
tienen la tarea de desarrollar las destrezas que los niños van a utilizar todos los días por el resto de sus
vidas. Como padre de familia, usted puede ayudar a su hijo, entendiendo lo que los maestros le están
enseñando e informándose acerca del progreso de su hijo y del programa de lectura que se está
llevando a cabo en la clase.
Usted también puede ayudar a su hijo a convertirse en un buen lector. Aprender a leer requiere mucha
práctica,mucha más práctica de la que los niños tienen durante el día en la escuela. Este folleto describe
cómo debe ser un buen programa de lectura en la escuela y cómo usted puede apoyar este programa
por medio de las actividades que lleva a cabo con sus hijos.
El éxito escolar comienza con la lectura
Aprender a leer y a escribir en inglés es una de las destrezas más
importantes que su niño va a adquirir en la escuela. No importa si
usted habla inglés o español o ambos idiomas, gran parte del
aprendizaje de la lectura puede llevarse a cabo en el hogar. Las
actividades incluidas en este folleto fueron diseñadas para que
todos los padres de familia ayuden a sus hijos en el hogar.
Estas ideas prácticas son el resultado de investigaciones que
indican la manera en que los padres de familia y los maestros les
pueden ayudar a los niños a aprender a leer. Lo invitamos a que
participe activamente en la educación de su hijo y haga estos
ejercicios de lectura en el hogar.
En la escuela usted debe ver que los profesores…
●Enseñen los sonidos del idioma. Los maestros ofrecen a los niños la oportunidad de
practicar los sonidos que componen las palabras. Los niños aprenden a agrupar los sonidos
para componer palabras y a separar las palabras en cada uno de los sonidos.
●Enseñen las letras del alfabeto. Los maestros les ayudan a los niños a reconocer el nombre
y la forma de cada una de las letras.
●Ayuden a los niños a aprender y a utilizar palabras nuevas.
●Lean a los niños todos los días. Los maestros leen con expresividad y hablan con los niños
sobre lo que están leyendo.
Usted puede ayudar en el hogar…
● Practicando los sonidos de la lengua.
Lea libros de versos y rimas. Enseñe a sus
hijos rimas, poemas cortos y canciones.
Haga juegos de palabras fáciles, como
¿Cuántas palabras puedes formar que
suenen como la palabra “bat”?
● Ayudándole a su hijo a separar
los sonidos que forman las palabras
oralmente y luego a unirlos de
nuevo. Ayude a su hijo a separar los
sonidos de las palabras, a escuchar los
sonidos del comienzo y del final y a
agrupar los sonidos que ha separado.
● Practicando el alfabeto,
señalando las letras donde las vea
y leyendo libros que enseñen el
alfabeto.
Si su hijo apenas está
empezando a aprender a leer
En la escuela usted debe ver que los profesores…
●Enseñen la fónetica sistemáticamente señalando cómo están relacionados los sonidos
y las letras.
●Ofrezcan a los niños la oportunidad de practicar la relación entre la letra y el sonido
que están aprendiendo. Los niños deben tener la oportunidad de practicar los sonidos y las
letras leyendo libros fáciles que utilicen palabras con la relación entre letra y sonido que están
aprendiendo.
●Ayuden a los niños a escribir las relaciones entre letra y sonido que saben, usándolas
en palabras, frases, mensajes y en sus propios relatos.
●Muestren a los niños diferentes maneras de pensar sobre lo que están leyendo y de
entender el contenido. Los maestros
deben hacerles preguntas a los niños para
mostrarles las diferentes formas de
comprender el significado de lo que
están leyendo.
Usted puede ayudar en
el hogar…
●Señalando la relación entre
letra y sonido que su hijo
está aprendiendo cuando
la vea en etiquetas, cajas,
periódicos, revistas y
letreros.
●Escuchando a su hijo leer
las palabras y los libros
que trae de la ecuela.
Sea paciente y escuche
mientras su hijo practica.
Demuéstrele lo orgulloso
que está de su progreso en la lectura.
Si su hijo apenas está
empezando a leer
En la escuela usted debe ver que los profesores…
●Continúen enseñando la relación letra-sonido a los niños que necesiten más práctica.
Los niños necesitan un promedio de dos años de instrucción para aprender la relación
letra-sonido y para aprender a deletrear y a leer bien.
●Enseñen el significado de las palabras, especialmente las palabras que son importantes
para entender un libro.
●Enseñen diferentes maneras de aprender el significado de nuevas palabras. Puesto que
los maestros no pueden enseñar a los estudiantes el significado de todas las palabras que ellos
ven o leen, se les debe enseñar a usar el diccionario para aclarar el significado de las palabras.
Se les debe enseñar a utilizar las palabras conocidas y las partes de una palabra para deducir
el significado de otras y a utilizar el contexto de la oración para deducir el significado de una
palabra.
●Ayuden a los niños a entender lo que ellos están leyendo. Los niños que saben leer bien
piensan mientras leen y saben si lo que están leyendo tiene sentido. Los maestros les ayudan a
los estudiantes a comprobar si entienden lo que están leyendo. Cuando los niños tienen alguna
dificultad, el profesor les enseña las maneras de averiguar el significado de lo que están leyendo.
Usted puede ayudar en el hogar…
●Leyendo varias veces los libros conocidos. Los niños necesitan practicar la lectura con
comodidad y deben leer con expresión los libros que ya conocen.
●Fomentando la precisión de la lectura. Mientras su hijo lee en voz alta, señálele las palabras
mal leídas y ayúdele a leerlas correctamente. Si usted interrumpe la lectura para concentrarse
en una palabra, haga que su hijo lea nuevamente toda la oración para asegurarse de que
entiende el significado de lo que lee.
●Mejorando la comprensión de la lectura. Hable con su hijo acerca de lo que está leyendo.
Hágale preguntas sobre las palabras nuevas y sobre lo que ha pasado en el cuento. Hágale
preguntas sobre los personajes, lugares y acontecimientos. Pregúntele qué aprendió en el libro
que acaba de leer. Anime a su hijo a que lea por su propia cuenta.
Si su hijo ya sabe leer
● Converse con su hijo durante las comidas y en otros
ratos que estén juntos. Los niños aprenden palabras
más fácilmente cuando las oyen frecuentemente. Aproveche
toda oportunidad para presentarle palabras nuevas e
interesantes.
● Lean juntos todos los días. Dedique tiempo para contar
cuentos, hablar de fotografías y aprender palabras.
● Sea el mejor defensor de su hijo. Manténgase informado
sobre el progreso de su hijo en la lectura. Pregúntele al
maestro en qué forma puede usted ayudar a su hijo.
● Conviértase en lector y escritor. Los niños aprenden las
costumbres de las personas que los rodean.
● Vaya a la biblioteca con frecuencia. La biblioteca tiene
actividades para toda la familia, como por ejemplo, lectura de
cuentos, servicio de computadoras, ayuda con las tareas y otros
eventos para el disfrute de toda la familia.
Convierta la
lectura en una
actividad de
cada día
La lectura es lo primero
Cómo ayudar a su niño a aprender a leer
Consorcio para la Lectura
Este folleto fue publicado por el Consorcio para la Lectura (The Partnership for Reading), con la
colaboración de El Instituto Nacional de Alfabetización (NIFL siglas en inglés), el Instituto Nacional de Salud
Infantil y Desarrollo Humano (NICHD siglas en inglés), el Departamento de Educación de los Estados
Unidos, y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos con el objetivo de ofrecer
las investigaciones sobre la lectura a la disposición de educadores, padres de familia, legisladores y otros
interesados en ayudar a las personas a leer bien.
La Corporación de Investigación RMC (RMC Research Corporation) desarrolló este folleto con fondos
provenientes del Instituto Nacional de Alfabetización bajo el contrato número ED-00-CO-0093. Los
comentarios y las conclusiones no necesariamente representan el punto de vista o la política del NIFL,
NICHD, o del Departamento de Educación y tampoco se debe suponer el endoso del gobierno federal.
www. El Instituto Nacional de Alfabetización
El Instituto Nacional de Alfabetización es una organización federal independiente que apoya el desarrollo de
servicios de alfabetización de alta calidad a nivel estatal, regional y nacional para que todos los americanos
puedan desarrollar las destrezas necesarias para el éxito en el trabajo, en el hogar y en la comunidad. El
Instituto Nacional de Alfabetización administra el Consorcio para la Lectura y otros programas que
promueven la alfabetización de niños y adultos. Para más información sobre el NIFL y la lectura, visite la red
www.nifl.gov.
Para recibir una copia del reporte Teaching Children to Read (disponible solamente en inglés) preparado por
el Panel Nacional de Lectura (National Reading Panel), que sirvió de base para la información incluida en este
folleto, visite la red www.nationalreadingpanel.org.
Para obtener copias adicionales de este folleto, comuníquese con el Instituto Nacional de Alfabetización a la
dirección: ED Pubs, PO Box 1398, Jessup, MD 20794-1398;Teléfono: 1-800-228-8813. Fax: (301) 470-1244.
Correo electrónico: edpubs@inet.ed.gov. También puede tener acceso al documento en la red
nifl.gov.
miércoles, 9 de junio de 2010
waka waka: El himno oficial de la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010
Eres un buen soldado
Escoger tus batallas
Levántate
Y el polvo fuera de ti mismo
Y de vuelta en la silla
Estás en la primera línea
Todo el mundo está mirando
Usted sabe que es grave
Estamos cada vez más cerca
Esto isnt más
La presión está en
Usted se siente
Pero tienes todo
Créalo
Cuando usted se cae se levanta
Oh oh ...
Y si se cae se levanta
Oh oh ...
Tsamina mina
Zangalewa
Porque este es África
Tsamina mina eh eh
Waka Waka eh eh
Tsamina mina Zangalewa
Anawa aa
Esta vez para África
Escuche a su dios
Este es nuestro lema
Su tiempo de brillar
Asi que no espere en línea
Y Vamos por Todo
La gente está levantando
Sus expectativas
Continúa y darles de comer
Este es tu momento
No hay dudas
Hoy es tu día
Lo siento
Usted allanó el camino
Créalo
Si te sientes deprimido
Levántate, oh oh ...
Al llegar abajo
Levántate eh eh ...
Tsamina mina Zangalewa
Anawa aa
Esta vez para África
Tsamina mina eh eh
Waka Waka eh eh
Tsamina mina Zangalewa
Anawa aa
Tsamina mina eh eh
Waka Waka eh eh
Tsamina mina Zangalewa
Esta vez para África
Todos Let's Dance Para 1GOAL
http://singyourenglish.blogspot.com/
Escoger tus batallas
Levántate
Y el polvo fuera de ti mismo
Y de vuelta en la silla
Estás en la primera línea
Todo el mundo está mirando
Usted sabe que es grave
Estamos cada vez más cerca
Esto isnt más
La presión está en
Usted se siente
Pero tienes todo
Créalo
Cuando usted se cae se levanta
Oh oh ...
Y si se cae se levanta
Oh oh ...
Tsamina mina
Zangalewa
Porque este es África
Tsamina mina eh eh
Waka Waka eh eh
Tsamina mina Zangalewa
Anawa aa
Esta vez para África
Escuche a su dios
Este es nuestro lema
Su tiempo de brillar
Asi que no espere en línea
Y Vamos por Todo
La gente está levantando
Sus expectativas
Continúa y darles de comer
Este es tu momento
No hay dudas
Hoy es tu día
Lo siento
Usted allanó el camino
Créalo
Si te sientes deprimido
Levántate, oh oh ...
Al llegar abajo
Levántate eh eh ...
Tsamina mina Zangalewa
Anawa aa
Esta vez para África
Tsamina mina eh eh
Waka Waka eh eh
Tsamina mina Zangalewa
Anawa aa
Tsamina mina eh eh
Waka Waka eh eh
Tsamina mina Zangalewa
Esta vez para África
Todos Let's Dance Para 1GOAL
http://singyourenglish.blogspot.com/
lunes, 7 de junio de 2010
El pájaro miarro
Este otro cuento ocurrió también en los campos de mi pueblo y es un cuento más de zorras y pájaros que no sé yo muy bien por qué, pero no acaban de ser amigos nunca.
Y es que la zorra gusta de comerse cuanto pajarito alcanza a cazar y estos pajaritos tienen buen cuidado en ponerse lejos de la zorra y es que..... menos mal que las zorras no pueden volar porque si no vete tú a saber si quedaría algún pajarito en el mundo que lo pudiese contar.
Pues bien no me entretengo más y cuento ya lo que venido a contar que es el cuento del pájaro miarro que una mañana se despertó helado bajo la escarcha..... Pero no, no era así como comenzaba este cuento.....que os cuento.
Comienza este cuento una mañana muy fría de un invierno, allá en mi pueblo de mucho frío, mientras en viento aúlla a lo lejos y se deja venir un viento gélido que parece que viene del polo. Tantisimo frío hacía que un pajarito amaneció helado bajo la escarcha, tan helado que no podía andar, moverse y mucho menos echar a volar.
En esto que una zorra que vivía cerca se levantó hambrienta y comenzó a olfatear por si encontraba alguna pieza que llevarse a la boca.
Vio al pájaro, se dio cuenta de lo que le pasaba y se acercó.
Sin la menor lástima se dijo:
-¡Ah , que buen desayuno voy a tener esta mañana!
Se disponía a comerse al pajarito cuando éste le suplicó:
-No zorra, no me comas aún, mira que estoy helado y te sentaré mal y te dolerá el estómago. Será mejor que esperes un poco para comerme. Ponme primero al sol que me seque un poquito; después podrás comerme.
Esto hizo la zorra que creyó lo que le dijo el pájaro. Tenía mucha hambre y sólo pensaba en lo que tardaría y en el momento de comérselo.
Paso un rato, el pajarito que ya estaba seco por el lado que le daba el sol le dijo:
-Dame ahora la vuelta para que me seque por el otro lado. Después podrás comerme.
Con cuidado cogió la zorra al pájaro, así lo hizo y le dio la vuelta.
Paso un rato, el pájaro se encontraba ya seco y la zorra más hambrienta a cada momento que pasaba se disponía a comérselo.
Por último- dijo éste- para comerme has de decir bien alto por tres veces:
-Pájaro miarro comí, pájaro miarro comí, pájaro miarro comí.
Eso mismo hizo la zorra deseando como estaba de comenzar a comer, grito bien alto:
-Pájaro miarro comí, pájaro miarro.....................
Mientras tanto el pajarito ya bien seco echó a volar, voló libre, volaba feliz, más feliz que nunca de ser pájaro, de tener alas, mientras gritaba también el:
-A otro será que no a mí, a otro será que no a.........
Hasta aquí este cuento que me contaron y yo te cuento a ti, para que sepas tú lo que paso aquel año que hizo un invierno tan frío y aquella mañana que la zorra quiso comerse al pobre pajarito, que se había quedado helado bajo la escarcha.
Ángel Gutiérrez Rubio
Popular Puebla de Don Fadrique
LOS LIBROS Y NUESTRO TIEMPO
No sé si usted tiene tiempo para leer. La verdad que vivimos en una época de prisas, vamos siempre con la lengua fuera, se nos pasan los días sin un minuto para ocuparnos de los asuntos y de las personas que más nos importan. Nos falta tiempo para perder el tiempo con la gente que queremos, para ganarnos una tarde de recuerdos y preguntas con nuestros mayores, una mirada tranquila a los ojos de nuestros hijos, una siesta de amor con nuestra pareja, una conversación sincera, de esas que llegan al fondo del vaso y de la vida, con nuestros amigos.
No sé si conoce usted una de las lecciones más importantes de los autores clásicos: vivir de aquí para allá sin pies ni cabeza, supone en el fondo andar de cabeza y pensar con los pies. Para ser dueños de nuestras opiniones y nuestros sentimientos, debemos ser dueños de nuestro tiempo .La falta de tiempo para los demás no indica un problema de egoísmo, porque también nos falta tiempo para nosotros, para atender a lo que nos afecta de un modo más profundo, para vivir sin que se nos pase la vida. Nuestro tiempo no es sólo la época histórica en que vivimos. Nuestro tiempo depende de los relojes que marcan nuestras horas. Buscar tiempo para nosotros es buscarnos a nosotros mismos.
No sé si tiene usted hijos pequeños, o sobrinos, o algún amigo íntimo con hijos. Si conoce a algún niño, y si además ha conseguido disponer de su propio tiempo en medio de las prisas, le aconsejo que le regale un libro y que lo lea con él. Va a descubrir que son los niños quienes educan a los mayores. Deberá usted ponerse en el lugar del otro ,que es la mejor forma de encontrar su propio lugar. Volverá usted a pensar de forma limpia en la vida, en la muerte, en el miedo, en la ilusión ,en el amor, en el odio, en las cosas que se pierden y en las cosas que se ganan, y en las cosas que se ganan cuando se pierde el tiempo leyendo con un niño.
No sé si usted sabe que el escritor que piensa una historia y se pasa las horas en busca de palabras representa a los hombres y a las mujeres que se atreven a pedir tiempo para pensar en sus historias, en sus horas, en sus vidas en sus seres amados, en sus opiniones. Quien no tiempo para pensar repite como un loro aquellas ideas de que otros han pensando por él. Los dogmas son un punto de partida, pero la verdad personal sólo es un punto de llegada y necesitaos tiempo y palabras para conseguirla. Los escritores han sido antes lectores y han aprendido a pensar en ellos mismos con un libro de otro escritor en las manos. Por eso ponen tanto cuidado al escoger sus palabras y por eso están pensando en usted y en su tiempo cuando piensan en ellos mismos. La vida civilizada es una conversación.
No sé si usted sabe que Juan Ramón Jiménez, un poeta andaluz que murió hace ahora 50 años, pasó las horas y los años en busca de unas palabras desnudas. Su ética era su oficio. Le gustaba tomarse el tiempo necesario para hacer bien su oficio, como el jardinero que cuida y riega bien sus flores, o como el niño que aprende a cuidar de un animal, y se preocupa por él, y se educa a sí mismo en el cuidado del otro. Cuando visitó Nueva York, Juan Ramón Jiménez vio una ciudad extensa, llena de edificios muy altos y de avenidas interminables. Entonces el poeta pensó que las ciudades crecen mucho, pero que los seres humanos se olvidan de crecer por dentro. Pensó que el verdadero progreso no se da cuando las ciudades se llenan de rascacielos, las playas de urbanizaciones, y los cielos de chimeneas y humos, sino cuando los seres humanos crecen por dentro. Juan Ramón leía y escribía para leer por dentro.
No sé si usted comprende la dignidad y la importancia social de poetas andaluces como Juan Ramón Jiménez o como Luis Cernuda. A Luis Cernuda le preocupaba el progreso y soñaba con que Andalucía creciera económicamente sin caer en la prepotencia del lujo. Cernuda amaba una Andalucía sin prisas, sensual, humana, habitada por gente que supiese apreciar la vida, dueña de su tiempo y de su destino. Merece la pena que usted piense en esto. Los libros nos ayudan a vivir, nos hacen dueño de nuestro tiempo.
TEXTO DE LUIS GARCIA MONTERO CON MOTIVO DEL DIA DEL LIBRO 2008
No sé si conoce usted una de las lecciones más importantes de los autores clásicos: vivir de aquí para allá sin pies ni cabeza, supone en el fondo andar de cabeza y pensar con los pies. Para ser dueños de nuestras opiniones y nuestros sentimientos, debemos ser dueños de nuestro tiempo .La falta de tiempo para los demás no indica un problema de egoísmo, porque también nos falta tiempo para nosotros, para atender a lo que nos afecta de un modo más profundo, para vivir sin que se nos pase la vida. Nuestro tiempo no es sólo la época histórica en que vivimos. Nuestro tiempo depende de los relojes que marcan nuestras horas. Buscar tiempo para nosotros es buscarnos a nosotros mismos.
No sé si tiene usted hijos pequeños, o sobrinos, o algún amigo íntimo con hijos. Si conoce a algún niño, y si además ha conseguido disponer de su propio tiempo en medio de las prisas, le aconsejo que le regale un libro y que lo lea con él. Va a descubrir que son los niños quienes educan a los mayores. Deberá usted ponerse en el lugar del otro ,que es la mejor forma de encontrar su propio lugar. Volverá usted a pensar de forma limpia en la vida, en la muerte, en el miedo, en la ilusión ,en el amor, en el odio, en las cosas que se pierden y en las cosas que se ganan, y en las cosas que se ganan cuando se pierde el tiempo leyendo con un niño.
No sé si usted sabe que el escritor que piensa una historia y se pasa las horas en busca de palabras representa a los hombres y a las mujeres que se atreven a pedir tiempo para pensar en sus historias, en sus horas, en sus vidas en sus seres amados, en sus opiniones. Quien no tiempo para pensar repite como un loro aquellas ideas de que otros han pensando por él. Los dogmas son un punto de partida, pero la verdad personal sólo es un punto de llegada y necesitaos tiempo y palabras para conseguirla. Los escritores han sido antes lectores y han aprendido a pensar en ellos mismos con un libro de otro escritor en las manos. Por eso ponen tanto cuidado al escoger sus palabras y por eso están pensando en usted y en su tiempo cuando piensan en ellos mismos. La vida civilizada es una conversación.
No sé si usted sabe que Juan Ramón Jiménez, un poeta andaluz que murió hace ahora 50 años, pasó las horas y los años en busca de unas palabras desnudas. Su ética era su oficio. Le gustaba tomarse el tiempo necesario para hacer bien su oficio, como el jardinero que cuida y riega bien sus flores, o como el niño que aprende a cuidar de un animal, y se preocupa por él, y se educa a sí mismo en el cuidado del otro. Cuando visitó Nueva York, Juan Ramón Jiménez vio una ciudad extensa, llena de edificios muy altos y de avenidas interminables. Entonces el poeta pensó que las ciudades crecen mucho, pero que los seres humanos se olvidan de crecer por dentro. Pensó que el verdadero progreso no se da cuando las ciudades se llenan de rascacielos, las playas de urbanizaciones, y los cielos de chimeneas y humos, sino cuando los seres humanos crecen por dentro. Juan Ramón leía y escribía para leer por dentro.
No sé si usted comprende la dignidad y la importancia social de poetas andaluces como Juan Ramón Jiménez o como Luis Cernuda. A Luis Cernuda le preocupaba el progreso y soñaba con que Andalucía creciera económicamente sin caer en la prepotencia del lujo. Cernuda amaba una Andalucía sin prisas, sensual, humana, habitada por gente que supiese apreciar la vida, dueña de su tiempo y de su destino. Merece la pena que usted piense en esto. Los libros nos ayudan a vivir, nos hacen dueño de nuestro tiempo.
TEXTO DE LUIS GARCIA MONTERO CON MOTIVO DEL DIA DEL LIBRO 2008
martes, 1 de junio de 2010
PURA LóPEZ CORTÉS
NIÑEZ
Un duro los domingos, zapatos de charol,
el traje de vestir, el tebeo de Pumby,
ir a misa de doce, patatas a la inglesa.
El colegio de mojas, el uniforme gris,
la Enciclopedia Alvarez, los zapatos gorila.
El rezo del rosario, las flores a María.
SILENCIO, DISCIPLINA,
PROHIBIDO PREGUNTAR,
PROHIBIDO PROTESTAR,
SILENCIO, DISCIPLINA.
Pipas, chicles "Bazoka" …
España es ¿Grande, libre, una …?
y Franco y el Cara al Sol, detrás de cada esquina
PROHIBIDO casi todo, se prohíbe la VIDA
Miedo a Dios que castiga, el pecado al acecho
y el demonio, con rabo y tenedor.
Si piensas cosas feas te vas a los infiernos.
No mires, no te toques, no engañes, obedece.
Silencio, niños, que hablan los mayores.
No molestes, que papá está cansado,
mamá no se equivoca.
SILENCIO, NO TE MUEVAS.
El pan con chocolates, los recreos,
el balón prisionero, el álbum de Sisí,
muñecos de cartón, cacharritos de lata.
Y la comba y los cromos y "El patio de mi casa".
Y por la noche el cuento, el osito de trapo,
el beso de tus padres y a dormirte feliz.
http://www.elecodealhama.com/num013/puralop.htm
Un duro los domingos, zapatos de charol,
el traje de vestir, el tebeo de Pumby,
ir a misa de doce, patatas a la inglesa.
El colegio de mojas, el uniforme gris,
la Enciclopedia Alvarez, los zapatos gorila.
El rezo del rosario, las flores a María.
SILENCIO, DISCIPLINA,
PROHIBIDO PREGUNTAR,
PROHIBIDO PROTESTAR,
SILENCIO, DISCIPLINA.
Pipas, chicles "Bazoka" …
España es ¿Grande, libre, una …?
y Franco y el Cara al Sol, detrás de cada esquina
PROHIBIDO casi todo, se prohíbe la VIDA
Miedo a Dios que castiga, el pecado al acecho
y el demonio, con rabo y tenedor.
Si piensas cosas feas te vas a los infiernos.
No mires, no te toques, no engañes, obedece.
Silencio, niños, que hablan los mayores.
No molestes, que papá está cansado,
mamá no se equivoca.
SILENCIO, NO TE MUEVAS.
El pan con chocolates, los recreos,
el balón prisionero, el álbum de Sisí,
muñecos de cartón, cacharritos de lata.
Y la comba y los cromos y "El patio de mi casa".
Y por la noche el cuento, el osito de trapo,
el beso de tus padres y a dormirte feliz.
http://www.elecodealhama.com/num013/puralop.htm
lunes, 31 de mayo de 2010
Federico García Lorca viaja a África
Federico García LorcaFederico García Lorca fue, al margen de un gran poeta y dramaturgo, durante dos años -1932 a 1934-, funcionario del Estado: secretario de Fernando de los Ríos, ministro de Justicia y luego de Instrucción Pública. Por ello viajó con éste cuatro días al norte de África.
De este modo, ante Lorca desfilaron los militares en el Protectorado Español de Marruecos. El libro Lorca en África. Crónica de un viaje al Protectorado Español de Marruecos, 1931, de Miguel Caballero, ha sido presentado recientemente en Granada.
Editado por el Patronato Provincial Federico García Lorca de la Diputación de Granada, el libro revela que en los últimos días de 1931, Lorca viajó junto a Fernando de los Ríos a ciudades españolas en el norte de África, como Ceuta, Tetuán, Xauen o Larache.
Miguel Caballero, el autor, ha señalado que ‘la idea del libro surgió cuando leí en un artículo de La Vanguardia que Fernando de los Ríos había realizado el primer viaje oficial de un miembro del Gobierno de la República al Protectorado de Marruecos acompañado por García Lorca como secretario’.
Esta nueva publicación se divide en tres partes. Una primera en la que se analizan los motivos de aquel viaje con la intención de reforzar la figura del Alto Comisario en el Protectorado. Otro motivo fue la invitación que las logias masónicas realizaron a Fernando de los Ríos, al ser éste miembro de una de ellas.
Por último, la invitación que había realizado la comunidad sefardita por los esfuerzos de De los Ríos a que ésta adquiriese la nacionalidad española.
Lorca participó en la redacción de los discursos oficiales del ministro y se significó en aquel momento como un hombre abierto a la comunidad judía, algo que durante la Guerra Civil sería fatal para su destino.
La prensa de la época se hizo eco de aquel viaje y el sector más reaccionario de la derecha arremetió con virulencia contra García Lorca. El ambiente contra él ya estaba servido.
Se realiza en el libro un diario detallado de los cuatro días de la visita y de cada acto que realizó la delegación republicana.
Lorca elaboró discursos de marcado talante integrador entre las tres culturas. La última parte de la obra se centra en las consecuencias que el viaje tendría para Lorca durante la Guerra Civil.
El autor aclara que ‘un diario de derechas llamó por aquella época masones, judíos y comunistas a Margarita Xirgú, Fernando de los Ríos y Lorca. Con aquellos antecedentes, estaba claro que el destino de Lorca no podía ser otro si no el fusilamiento.
Expreso. Redacción. A.F
http://www.expreso.info/es/noticias/biblioteca/14849_federico_garcia_lorca_viaja_africa
El viaje oficial a África que torció el destino de Federico García Lorca FERNANDO VALVERDE - Granada - 29/05/2010
http://www.elpais.com/articulo/cultura/viaje/oficial/Africa/torcio/destino/Federico/Garcia/Lorca/elpepicul/20100529elpepicul_5/Tes
En los talleres de un periódico granadino, como venganza contra la familia Rosales que había dado refugio al poeta y que simbolizaba a la Falange local y con el objetivo de acumular poder y notoriedad, Ramón Ruiz Alonso sentenció a muerte a Federico García Lorca al redactar una denuncia en la que le acusaba de masón y de ser el secretario personal de Fernando de los Ríos, ministro durante la República. Los cargos eran muy graves, más aún teniendo en cuenta que Lorca era homosexual y poeta.
Hasta ayer, la mayoría de los investigadores se ha empeñado en negar los cargos de la acusación. Desde ayer, el hecho de que García Lorca fue secretario de Fernando de los Ríos, aunque de forma temporal, parece más que demostrado. El investigador granadino Miguel Caballero (1958) lo desvela en Lorca en África. Crónica de un viaje al protectorado español de Marruecos (Ediciones del Patronato Provincial Federico García Lorca). Caballero reúne pruebas que sitúan a Lorca en Ceuta, Tetuán, Alcazarquivir y Xauen acompañando al entonces ministro de Instrucción Pública.
"Estaba trabajando en una recopilación de unos 3.000 artículos periodísticos en los que se cita al poeta y entonces me topé con uno de 1931 en el que se anunciaba una visita de Fernando de los Ríos a Marruecos acompañado por su secretario, Federico García Lorca. Eso me puso sobre aviso y comencé a tirar del hilo", explicó ayer Caballero, que ha encontrado una fotografía en la que puede verse al poeta en la comitiva oficial y un vídeo en el que se le intuye en la cubierta del buque Almirante Ferrándiz junto al político el 26 de diciembre de 1931.
De los Ríos visitaba Marruecos por diferentes motivos. Uno de ellos era que había recibido varias cartas de grupos masones del norte de África. "Esas cartas estaban dirigidas a Jugan, que era su nombre dentro de la masonería, y luego fueron utilizadas por el franquismo contra él", añade Caballero. Durante el viaje, el ministro y el poeta se alojaron en casa del general Cabanellas, uno de los militares que después participó en el levantamiento de 1936. García Lorca aprovechó la estancia, de cinco días, para visitar a un primo hermano suyo farmacéutico que murió en 1938 a causa de una sobredosis de morfina.
"No hay duda de que Federico trabajó como secretario de Fernando de los Ríos. Tenían una simpatía personal muy grande y García Lorca fue nombrado vocal de la Junta Nacional de Música y Teatro Lírico en sustitución de Manuel de Falla, lo que tampoco fue una casualidad", explica el investigador, que afirma que el propio García Lorca "escribió algunos de los discursos del ministro, como es evidente en los que leyó en África por sus referencias a San Juan de la Cruz y a su relación con los judíos".
En los talleres de un periódico granadino, como venganza contra la familia Rosales que había dado refugio al poeta y que simbolizaba a la Falange local y con el objetivo de acumular poder y notoriedad, Ramón Ruiz Alonso sentenció a muerte a Federico García Lorca al redactar una denuncia en la que le acusaba de masón y de ser el secretario personal de Fernando de los Ríos, ministro durante la República. Los cargos eran muy graves, más aún teniendo en cuenta que Lorca era homosexual y poeta.
Hasta ayer, la mayoría de los investigadores se ha empeñado en negar los cargos de la acusación. Desde ayer, el hecho de que García Lorca fue secretario de Fernando de los Ríos, aunque de forma temporal, parece más que demostrado. El investigador granadino Miguel Caballero (1958) lo desvela en Lorca en África. Crónica de un viaje al protectorado español de Marruecos (Ediciones del Patronato Provincial Federico García Lorca). Caballero reúne pruebas que sitúan a Lorca en Ceuta, Tetuán, Alcazarquivir y Xauen acompañando al entonces ministro de Instrucción Pública.
"Estaba trabajando en una recopilación de unos 3.000 artículos periodísticos en los que se cita al poeta y entonces me topé con uno de 1931 en el que se anunciaba una visita de Fernando de los Ríos a Marruecos acompañado por su secretario, Federico García Lorca. Eso me puso sobre aviso y comencé a tirar del hilo", explicó ayer Caballero, que ha encontrado una fotografía en la que puede verse al poeta en la comitiva oficial y un vídeo en el que se le intuye en la cubierta del buque Almirante Ferrándiz junto al político el 26 de diciembre de 1931.
De los Ríos visitaba Marruecos por diferentes motivos. Uno de ellos era que había recibido varias cartas de grupos masones del norte de África. "Esas cartas estaban dirigidas a Jugan, que era su nombre dentro de la masonería, y luego fueron utilizadas por el franquismo contra él", añade Caballero. Durante el viaje, el ministro y el poeta se alojaron en casa del general Cabanellas, uno de los militares que después participó en el levantamiento de 1936. García Lorca aprovechó la estancia, de cinco días, para visitar a un primo hermano suyo farmacéutico que murió en 1938 a causa de una sobredosis de morfina.
"No hay duda de que Federico trabajó como secretario de Fernando de los Ríos. Tenían una simpatía personal muy grande y García Lorca fue nombrado vocal de la Junta Nacional de Música y Teatro Lírico en sustitución de Manuel de Falla, lo que tampoco fue una casualidad", explica el investigador, que afirma que el propio García Lorca "escribió algunos de los discursos del ministro, como es evidente en los que leyó en África por sus referencias a San Juan de la Cruz y a su relación con los judíos".
miércoles, 21 de abril de 2010
Las desiertas abarcas
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2793&t=Las%20desiertas%20abarcas&p=Miguel%20Hern%E1ndez&o=
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría
Y encontraba los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.
Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.
Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.
Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.
Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel
Por el cinco de enero
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
MIGUEL HERNÁNDEZ
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría
Y encontraba los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.
Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.
Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.
Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.
Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel
Por el cinco de enero
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
MIGUEL HERNÁNDEZ
LUIS ROSALES
Autobiografía
Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.
LUIS ROSALES
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=40&p=Luis%20Rosales&t=Autobiograf%EDa&o=Luis%20Rosales
Tú sí los llamarás
Tienen nombre, señor, son los que sufren,
las sombras semejantes,
las sombras que se quedan en los cuerpos
mientras va su vivir deletreándose
para ganar el pan. Sólo en ti esperan.
Son los muertos que nacen
del invierno del mundo, son los muertos
que están viviendo y arden
con aceite de Dios; los sucedidos
mendigos, con la sangre
que sube por sus cuerpos como sube
la humedad en los muros de la cárcel.
Tienen nombre, señor, son los que quieren
soñar de noche y los despierta el hambre,
los que te duelen tanto que no puedes
mirarlos sin quemarles.
Tú sí los llamarás. Son los que sufren,
los semovientes náufragos que saben
que el roce irá gastando día tras día
su cuerpo y su dolor,
la nieve fácil
de los muertos que viven porque nunca
acaban de caer. ¡Vuelve a nombrarles!
nadie sabe su nombre entre nosotros,
son los muertos que nacen,
son los muertos que enferman de los vivos,
los muertos naturales.
De: Cien años de poesía
Poetas contemporáneos en sus versos
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=41&p=Luis%20Rosales&t=T%FA%20s%ED%20los%20llamar%E1s&o=Luis%20Rosales
Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.
LUIS ROSALES
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=40&p=Luis%20Rosales&t=Autobiograf%EDa&o=Luis%20Rosales
Tú sí los llamarás
Tienen nombre, señor, son los que sufren,
las sombras semejantes,
las sombras que se quedan en los cuerpos
mientras va su vivir deletreándose
para ganar el pan. Sólo en ti esperan.
Son los muertos que nacen
del invierno del mundo, son los muertos
que están viviendo y arden
con aceite de Dios; los sucedidos
mendigos, con la sangre
que sube por sus cuerpos como sube
la humedad en los muros de la cárcel.
Tienen nombre, señor, son los que quieren
soñar de noche y los despierta el hambre,
los que te duelen tanto que no puedes
mirarlos sin quemarles.
Tú sí los llamarás. Son los que sufren,
los semovientes náufragos que saben
que el roce irá gastando día tras día
su cuerpo y su dolor,
la nieve fácil
de los muertos que viven porque nunca
acaban de caer. ¡Vuelve a nombrarles!
nadie sabe su nombre entre nosotros,
son los muertos que nacen,
son los muertos que enferman de los vivos,
los muertos naturales.
De: Cien años de poesía
Poetas contemporáneos en sus versos
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=41&p=Luis%20Rosales&t=T%FA%20s%ED%20los%20llamar%E1s&o=Luis%20Rosales
domingo, 14 de marzo de 2010
Paseando por la montaña
Du Mu (803-852)
http://www.abc.es/informacion/poesia_china/
Tortuosa senda pedregosa.
Alta y frígida montaña.
Voy arriba y más arriba.
De entre nubes blancas surge una casa.
Detengo el carro y me siento a contemplar.
El ocaso en bosques de arces me encanta.
Sus hojas azotadas por la escarcha
son más rojas y más bellas
que flores de primavera.
sábado, 13 de marzo de 2010
martes, 2 de marzo de 2010
domingo, 28 de febrero de 2010
Librerías de Granada (la primera versión fue escrita el 2003-04-23, Día del libro. Lo he corregido en octubre de 2003)
La librería más completa y conocida era, la Librería Urbano. Tenía dos locales, el principal era el de la calle las Tablas. Presentó suspensión de pagos a final del año 2002 y cerró de forma definitiva en agosto de 2003
Ahora parece que el hueco de Urbano lo quiere coger la librería Picasso (es la misma empresa que la librería Picasso de Almería). Inauguró a finales de junio de 2003, en la calle Obispo Hurtado. La he visitado. La librería es grande (no tanto como las dos Urbanos) pero no está todo lo surtida que yo pensaba. Aún hay estanterías a medio poner, o sea que esperaremos unos días para ver el resultado. Desde luego el escaparate no invita a entrar: Montones de ejemplares del mismo libro. No es lo ideal para un buen lector.
Otra librería importante es la Librería Babel. Está en la calle San Juan de Dios. El pasado 22 de abril inauguró una segunda sede en Emperatriz Eugenia. Su página web es www.babellibros.com
Tengo que decir que yo compro libros sobre todo en la librería Atlántida, en la Gran Vía (próxima a la catedral). Es de tamaño medio pero te atienden bien y además de vez en cuando me encuentro a amigas y amigos del mundo de la cultura.
Hay otras con bastante permanencia como la Librería Teorema, la librería Don Bosco (muy pequeña, antiguamente especializada en libros de Ciencia, hoy un poco más abierta), la librería Sixto Martinez (tiene página web: www.libreriasixto.com) o la librería Continental en Puerta Real. Esta es muy pequeña, prácticamente solo tiene novedades, pero no está de más mirar sus escaparates cuando se pasea por el centro.
La librería Escuela Popular está especializada en literatura infantil y juvenil. Su responsable es Alfonso y tengo que decir que las veces que me ha aconsejado libros ha acertado. Tiene una escueta presencia en Internet: www.grupoei.com/libreriapopular
Otra librería con buen tamaño es Al Sur en una bocacalle de Melchor Almagro.
Bastante conocida es la librería Flash. Tiene dos sedes una de ella dedicada sobre todo a los comics en la calle San Antón. Es una librería de novedades principalmente y que se apunta a las modas (algunas interesantes porque abren caminos y otras no): Autoayuda, juegos de rol, homosexuales, etc... Incluso en cierto momentos he visto abundancia de libros facistas. Tengo que decir que de todas las librerías de Granada el mejor escaparate es el de la librería Flash en la Plaza de la Trinidad. Lo cambian a menudo y el contenido es amplio.
En la línea de los juegos de rol y parecidos está la librería Draco.
En su momento hubo una librería feminista, La Librería Mujer, que pasó por dos sedes distintas pero cerró a mediados de los ochentas. Lástima porque se recuerda con agrado tanto a Horten como a Pilar, su dos integrantes.
La librería que presumía un poco de ser la de élite era la librería Al-Andalus en la Plaza de la Universidad, pero que cerró en los años noventa.
Las librerías Fleming (son cuatro) están especializadas en libros de texto para Universidad (derecho, letras, ciencias y medicina). Es lo mejor para encontrar libros universitarios de textos, te hacen descuento y suelen tener los libros habituales. Pero si el libro no es habitual o quieres buscar algo raro no es la librería aconsejable. Su página web (nada más que informativa)es www.grupoei.com/libreriafleming
En plena zona turística, la calle Zacatín, se encuentra la librería Dauro, con un par de escaparates que suelen tener selecciones a veces atípicas: Turismo, artesanía, arquitectura, ...
Especializada en idiomas en la librería Metro en la calle Gracia. Enfrente hay otra librería de libros antiguos (que tiene su página web)
Hablando de librerías especializadas hay que acordarse de las librerías religiosas. Al menos hay 3 en Granada. Yo suelo ir a la librería Sagrado Corazón, entre el Ayuntamiento y la plaza de Bibarrambla. Allí me atienden Jose Manuel Con y su señora. Otra está en pleno Pedro Antonio de Alarcón, con unos grandes escaparates pero que cada vez tienen menos libros y más imágenes religiosas. La tercera que conozco se encuentra en San Antón.
No hay que olvidar las librerías de el Corte Inglés y de Hipercor, que se quiera que no tienen un buen volumen de libros. Pero eso sí, con un aire de gran superficie.
Y aún me quedan algunas librerías que conozco menos, como la Librería Gala en la Avda de la Constitución, Alcon-Cemap en Ancha de Gracia o la librería Velazquez en la Plaza de la Universidad que es otra de las antiguas de Granada. En la calle Navas, junto al Ayuntamiento está la librería Bayer Hermanos, que era muy conocida por la venta de formularios y libros de contabilidad. Y puestos a completar la lista tengo que citar la Librería Ipao en Calle Duquesa (especializada en oposiciones) y la librería Urbana Vergeles en Camino de Peñuelas.
Hay algunas librerías de saldo entre las que destaca la librería Urbano junto a la Plaza de Gran Capitán. Como librería de segunda mano y libros antiguos conviene citar a la Librería Praga www.libreriapraga.com o la librería Atlas en la calle Escudo del Carmen
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